El adelanto electoral conlleva muchas cosas positivas, por ejemplo, la posibilidad real de echar a Pedro Sánchez y Begoña Gómez del palacio de La Moncloa. Y no, la convocatoria no es un acto de valentía y audacia por parte del presidente tras el batacazo el 28-M, como nos quiere vender la propaganda sanchista, sino un ‘morir matando’ ante la amenaza, también real, del antiguo PSOE (Felipe González, José Bono…) de echarle del partido si no renunciaba a ser el candidato en las generales, como adelantó Hispanidad.

Por cierto, puestos a no cumplir su palabra, Sánchez ni siquiera ha cumplido su promesa de agotar la legislatura. ¡Menos mal!

La otra buena noticia es la no aprobación de la Ley de Familias, de Ione Belarra, cuyo texto logró, incluso, escandalizar al Consejo de Estado, que lo calificó de “más ideológico que jurídico”.

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La Ley de Familias se iba a convertir en otra de las salvajadas antropológicas del Sanchismo, con la inclusión de hasta 16 tipos de familias, incluidas las formadas por un solo miembro, pero la exclusión, precisamente, de las que merecen mayor atención: las familias numerosas de toda la vida, esto es, las formadas por un padre, una madre y sus hijos.

Gracias, Pedro, porque has enterrado -tú no querías- la nefasta Ley de Familias de la comunista Belarra, una de nuestras peores ciudadanas a pesar de lo disputado que está el ranking.