- Hasta la realeza (María Zurita) se apunta a la FIV como si fuera vida, en lugar de muerte.
- La FIV es abortos y la FIV es utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio.
- Y los vientres de alquiler ni tan siquiera es una reivindicación de las lesbianas: sólo de los gays 'pijod'.
- Sin embargo, en el PP, Javier Maroto no renuncia: quiere la legalización de los vientres de alquiler.
- Busquemos parejas para los niños, no niños para las parejas.
Una mentira mil veces repetida… necesita una verdad mil y una veces reiterada. Así que habrá que recordarlo una vez así:
la fecundación in vitro no es vida, es muerte.
Y además,
la FIV es un gran negocio. Para matar, sí, pero un gran negocio.
Y para vender barbaridades se necesita
ejemplificar la barbarie con alguien reseñable. La fecundación artificial ya no lo necesita demasiado porque está admitida por esta sociedad hasta la náusea pero
nunca viene mal 'normalizar' la situación. En la FIV ya entra hasta la
familia real y presume de ello. Por ejemplo,
María Zurita, prima del
Rey de España, presume de embarazo por inseminación artificial, que no tiene por qué ser FIV pero en cualquier caso sorprende en una mujer que manifiesta no tener pareja.
La FIV es abortos y la FIV es utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio.
Y tras normalizar la FIV vienen los vientres de alquiler, que no matan a nadie, en principio, pero que
supone una cosificación de la persona. Del hijo y de la madre.
Por cierto,
los vientres de alquiler ni tan siquiera constituyen una reivindicación de las lesbianas. Ellos no necesitan alquilar vientres. Es para gays, para
homosexuales, como lo diría, un pelín 'pijos'. También buscan ejemplos egregios, aunque, hasta el momento, sólo han conseguido a
Miguel Bosé, Ricky Martin, Cristiano Ronaldo y otros artistas de mucha talla.
En España, el amigo Javier Maroto,
líder del lobby gay de PP, se ha empeñado en legalizar los
vientres de alquiler, algo que no gusta ni a la izquierda podemita porque, en efecto,
supone utilizar a una mujer que vende su cuerpo.
Por cierto, está muy bien eso de ser padre pero aquí opera el principio que nos recordara socialista
Rodríguez Ybarra: Yo busco parejas para los niños, no niños para las parejas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com