La marginada en el siglo XXI es la mujer-madre / Foto: Pablo Moreno
Eva significa 'la que da vida'. Por eso Dios puso a la primera mujer el nombre de Eva, porque iba a ser la madre de todos los vivientes. El nombre de Adán procede de un pupurrí de conceptos que hablan de persona, tierra, sangre, todos ellos alrededor del campo semántico que podríamos definir como el origen de todo, padre de todos los vivientes. Tampoco es casualidad.
Si les viéramos a ambos, a nuestros primeros padres, y algunos soñamos con ese momento, primero nos asombraríamos ante dos personajes con pinta de zulúes. A continuación, nos postraríamos ante los padres de la humanidad.
El arte y la literatura han tratado de representar al primer hombre y a la primera mujer con esa mezcla de primitivismo y grandeza. Hasta lo que yo he visto y leído, muy pocos lo han conseguido.
La perversión de la sociedad vino de la perversión de la familia y esta, de la perversión de la mujer. La regeneración tiene que empezar en la mujer, en la madre
No suelo escribir sobre el Día del Padre, sino sobre San José, 19 de marzo. No suelo escribir sobre el Día de la Madre, primer domingo de mayo, ni suelo escribir sobre San Valentín. Porque lo que no es tradición, es plagio y estas fiestas comerciales sólo tienen interés comercial. Pero hoy voy a escribir sobre la maternidad que, a tenor de las cifras de natalidad, anda un poco 'joía' en España y en todo Occidente. Recuerden: Europa, padre de la civilización cristiana occidental, ergo madre del mundo, está tan degenerada como España, si no más.
Este Día de la Madre se corresponde a un descenso acelerado de la natalidad y a un descenso aún más acelerado del sentido de la maternidad. Vivimos en una generación de mujeres que no aman a los niños. Es más, estamos ante una generación de mujeres que consideran que sus hijos, no sólo no son lo más importante de su vida sino que incluso constituyen el enemigo de su independencia económica y de su evolución profesional y social.
Y es cierto. Como toda aberración está en parte justificada. Es más, las mayores salvajadas suelen disponer de un porcentaje mayor de verdad que las pequeñas salvajadas. La descristianización de Occidente ha dado lugar a la consideración de hombres y mujeres como meros engranajes de producción, sometidos a la reducción de costes para ganar en productividad. Y naturalmente una mujer que tiene varios hijos representa una rémora para la empresa.
Todos los anticonceptivos utilizados hoy en el mercado son potencialmente abortivos: si fallan antes de la concepción... actúan después de la concepción
Por esa razón, la madre -no la mujer- pierde en competitividad respecto al varón durante su edad fértil, justo el momento, la edad, el tiempo, en el que se consolida la carrera profesional de ambos sexos.
Aquí es donde hay que denunciar la gran mentira del feminismo: la marginada en la sociedad del siglo XXI no es la mujer. Todo lo contrario, en tal caso lo es el varón: la marginada en el siglo XXI es la madre, la mujer-madre.
Pero no por ello la renuncia a la maternidad -si es renuncia voluntaria, naturalmente- por medrar en la sociedad y en el trabajo, deja de ser una barbaridad y un motivo de depresión.
Además, otra de las verdades negadas y ocultadas, no ya por las feministas, sino hasta en círculos católicos, hoy, en 2024, es que, en la práctica diaria, el instrumento de muchos matrimonios, muchos de ellos cristianos, para evitar tener hijos consiste en la píldora y en la falsa distinción entre anticonceptivos y abortivos. Pues bien, esa distinción no existe: todos los anticonceptivos utilizados hoy en el mercado son potencialmente abortivos: si fallan antes de la concepción también actúan después de la concepción.
Eva significa la que da vida: pues aunque ella te olvidare yo no te olvidaré
Como siempre, la solución a la degeneración procede del espíritu. No he dicho de la religión, que también, sino del espíritu de cada cual. Necesitamos que la mujer actual vuelva a considerar la maternidad como lo más importante de su vida. O eso... o la sociedad que ahora tenemos y que tan poco nos gusta. Recuerden que la perversión de la sociedad vino de la perversión de la familia y esta, de la perversión de la mujer. La regeneración tiene que empezar en la mujer, en la madre. Desde luego, no llegará desde la chifladura feminista.
Eva significa la que da vida. Pues recuerden: aunque ella te olvidare yo no te olvidaré.
Además, la mujer no puede minusvalorar lo que la maternidad le aporta. Por de pronto, la importancia de un hijo. Decía Chesterton que "ni las escuelas ni los sabios más impenetrables han alcanzado nunca esa gravedad que habita en los ojos de un bebé de tres meses".
La importancia de los bebés: ni las escuelas ni los sabios más impenetrables han alcanzado nunca esa gravedad que habita en los ojos de un bebé de tres meses
Recuerden aquella novela sobre "Los hombres que no amaban a las mujeres·". Pues hay algo peor: Las mujeres que no aman a los bebés, que no aman la maternidad. Ahora sí: feliz Día de la Madre.