Sr. Director:
Las promesas suelen recoger demandas mayoritarias de la sociedad, como es el caso de cambiar el sistema para renovar los órganos judiciales, de modo que sean los jueces quienes lo hagan, no los partidos políticos. Es básico para la independencia judicial.
Si los gobernantes llevasen a cabo sus promesas, ganaríamos varias cosas: que pensarían mejor las promesas por si se tratan de utopías o demagogia barata, que los electores confiaríamos más en los políticos y que el programa electoral se planteara como un compromiso real, que ha de llevar a la dimisión si se incumple en sus líneas principales. Sánchez tendría que haber dimitido ya hace meses.
La verdad es que suena a utópico pedir que los programas estén más pensados, muy difícil que confiemos un poco más en los políticos, y a lo que tenemos que estar preparados es a las continuas mentiras de Pedro Sánchez, que sólo aspiraba a llegar a poder y ahora quiere superar a Zapatero en años ocupando la Moncloa.
Si las mentiras de Pedro Sánchez calan o no en el electorado, lo veremos dentro de un tiempo. Hay quien miente más y quien miente menos, y Pedro Sánchez gana por goleada.