Para el consejero delegado de Gas Natural, el gas es el sector más liberalizado que existe. Lo que ocurre es que varios países (no los citó, pero se hace preciso recordar los casos de Estados Unidos y China) han detenido sus planes nucleares, que, por el momento representa la alternativa viable para producir luz sin echar mano del gas. Por tanto, Villaseca presagia un mercado tenso durante algún tiempo. El consumo de gas no deja de aumentar, hasta el punto de que se está dando un verdadero cuello de botella en los trenes de licuefacción, que no se han puesto en marcha la velocidad debida. España, por ejemplo, recibe por barco un 60% del gas que consume, y a la espera del segundo gasoducto del Magreb la cifra aumenta porcentualmente con el paso del tiempo.
El precio del gas está desbordado y nadie tiene la culpa, afirma Villaseca, que en otras ocasiones ha recordado que, aunque el mundo girara hacia lo nuclear, poner en marcha un reactor tarda un periodo mínimo de 10 años. En otras palabras, que hay gas para rato, y a lo mejor el hidrógeno llega antes de la resurrección nuclear.