No es que el mundo se haya paralizado o haya enloquecido, aunque algo hay de eso, claro. Ocurre que el mundo gime con dolores de parto porque el mundo se ha vuelto viejo y suspira por un nuevo mundo y una nueva resurrección… si ustedes me entienden. Y en este tramo de la historia lo único que debe preocuparnos es la conversión y lo único que no debe preocuparnos es lo que va a ocurrir mañana por la mañana.

Tras haberles impactado con semejante introito voy a hablarles de un libro de escasísima tirada, tanto que sospecho ni se vende en las librerías. Se llama "El triunfo de la Inmaculada' y está escrito por una madrileña llamada Margarita

No tiene la aprobación eclesiástica, al menos por el momento, aunque la Conferencia Episcopal Española (CEE) no se ha opuesto a su distribución. Me estoy refiriendo a una mujer que recibe revelaciones de Jesús y de la Santísima Virgen, lo cual sucede más veces de las que pensamos y muchas más de las que tenemos noticia.

No se sorprendan: el fundador de la Iglesia, el Hijo de Dios hecho Hombre, vino a traer un mensaje y, en lugar de encarnarse en Roma y rodearse de los líderes de opinión del momento, tejió su vida mortal en la colonia más maloliente del Imperio. Previamente, se había preparado como cauce a una tribu de nómadas de la que muchos ciudadanos civilizados del momento ni habían oído hablar. Dios tiene estas rarezas, a lo mejor porque es Dios.

Total, que la tal vidente, de nombre Margarita, como creo haber dicho antes, recibe revelaciones de este cariz (página 56): "Viene una purificación, una lejía, que será como lejía de lavandero sobre las almas. Viene la criba. Están preparadas las hoces para segar y separar el trigo de la cizaña… Llega la hora, en ella estamos".

El diagnóstico no es halagüeño, ciertamente. Ahora vamos con los medios a emplear para la guerra que se avecina:

"Habéis equivocado el campo de batalla. La batalla no está en las objeciones de conciencia, la batalla está en el Sagrario. ¿De qué me sirve tanta lucha si es en corazones  discordes con el hermano, si es en corazones que están lejos de Mí Reconciliaos con Dios, haced las paces con Él y podréis hacerlas con todos".

¿Qué significa que la batalla no está en las objeciones de conciencia sino en el Sagrario Pues lo que ya ha advertido en otras ocasiones: que ha pasado el tiempo de los debates y las controversias, ahora toca rezar. Y la batalla, lo repite en otras partes del libro, va a ser eucarística. Ya saben, lo de Chesterton: ahora todo está claro entre la luz y la oscuridad, y cada cual debe elegir. Me encanta discutir sobre el sentido de la vida, la Providencia de Dios y el destino del hombre, pero creo que la historia ha llegado a un punto en el que ya está todo dicho. Se acabó el tiempo de discutir el dogma y comienza el tiempo de amar a Cristo. Porque lo que se acaba es precisamente, el tiempo. Y algunos estamos deseosos de que se acabe. ¿O es que a usted le gusta el mundo en el que vive A mí me gusta la vida, pero no en este mundo. Me gusta el mundo que viene, con el triunfo del Crucificado.

La pregunta final es: ¿tú, Eulogín, crees en estas revelaciones privadas La respuesta es: sí. ¿Por el prestigio de la fuente No, ni tan siquiera conozco a la tal Marga. Creo en ellas por la coherencia interna de su contenido y por la sintonía de este contenido con mi conciencia.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com