Por todas las víctimas, salvo que sean españolas

La cobardía del Gobierno Zapatero ante Marruecos ha llevado a españoles de distintas tendencias políticas desde los Bardem a González Pons, el gato de Cheshire del Partido Popular- a manifestarse por las calles de Madrid contra el amigo Mohamed VI.

Con su brillante capacidad para el análisis político, Javier Bardem ha manifestado su sospecha de que Marruecos busca la guerra. Pensar en un enfrentamiento bélico entre el pertrechado Ejército de Rabat y los pobres refugiados polisarios, habitantes de tiendas de lona y chabolas, precisa de un formidable esfuerzo de imaginación pero los de la ceja son capaces de eso y mucho más.  

Exigen a Marruecos que deje de masacrar a los saharauis y, ya de paso, al Gobierno español que se interponga entre Rabat y el Polisario. Es lógico: la cobardía de Zapatero abochorna a españoles de cualquier ideología, ciertamente, pero sorprende que nuestros progres se solidaricen con los saharauis y cierren el pico cuando los atacados son nuestros compatriotas de Ceuta y Melilla.

Los propios saharauis, los solidarizados, ni se han preocupado de exhibir, al menos, alguna pancarta en apoyo de las dos plazas africanas. ¿Para qué? Saben que España es un país cainita, capaz de apoyar cualquier causa noble en el mundo con tal de que la víctima no sea española.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com