Tiene una cierta coña eso de que Televisión Española se ofrece para retransmitir los partidos de fútbol que no pueda emitir La Sexta. El Gobierno Zapatero continúa obteniendo un sobresaliente ato con aspiraciones a matricula de honor en política de imagen y en engañar al personal. La verdad es que en RTVE no se ha ofrecido para salvar la cara de La Sexta, dirigida por los amigos del Presidente del Gobierno, sino que le han obligado a ofrecerse, y no sólo tendrá que retrasmitir partidos del fútbol del Mundial sino que, además, deberá pagárselos a La Sexta, a un precio lo suficientemente desorbitado como para que la cadena de José Miguel Contreras y Jaume Roures, la más fiel a la Moncloa, se pague con dinero público su proceso de antenización. Con el Mundial, los amigos del presidente han logrado darse a conocer, acelerar la antenización y encima que se la paguemos entre todos.
En cualquier caso, Hispanidad ya advirtió de ello el jueves 18 y lo remachó el viernes 19. Al final, no sería Polanco, sino la TV pública, quien salvara los trastos con cargo al dinero del contribuyente, naturalmente. El sábado 20 ya lo decía toda la prensa, fenómeno destacado por el resumen de prensa de Moncloa, qué casualidad. El proceso de desmantelamiento de la televisión pública, en beneficio de las privadas amigas del Gobierno, es decir, la Cuatro y la Sexta (este es un Gobierno amante de los números, de lo más pitagórico) continúa.