Antonio Brufau debería seguir el ejemplo de César Alierta o FG: nada de votaciones ni de cuestiones de confianza. Insistimos: un concejo no es un Parlamento.

Si Sacyr representa al 20% y La Caixa el 10% la única respuesta de un presidente es recordar que él representa al 70% restante, y ganarse la voluntad de los fondos de inversión y de pensiones. Y puede hacerlo, porque en breve comenzará a recoger lo que sembró, especialmente su inversión en perforaciones.

Dicho esto, el problema de Brufau sigue siendo el mismo: no es Sacyr, sino La Caixa. La entidad catalana debería rehacer lo andado, que la petrolera, imbricada, además, en Gas Natural, vuelva a ser tan Caixa como Gas o Abertis.         

Dicho esto, a España le interesa contar con una gran petrolera. La caradura inmensa de Zapatero, que confiesa querer una Repsol española, a pesar de todo el montaje Lukoil, no ayuda mucho.

Y ojo, recordemos lo que ocurrió con Endesa: la pelea entre dos españoles hizo que la primera eléctrica española terminara en manos del Gobierno italiano.  

Eulogio López

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