Si Sacyr representa al 20% y La Caixa el 10% la única respuesta de un presidente es recordar que él representa al 70% restante, y ganarse la voluntad de los fondos de inversión y de pensiones. Y puede hacerlo, porque en breve comenzará a recoger lo que sembró, especialmente su inversión en perforaciones.
Dicho esto, el problema de Brufau sigue siendo el mismo: no es Sacyr, sino La Caixa. La entidad catalana debería rehacer lo andado, que la petrolera, imbricada, además, en Gas Natural, vuelva a ser tan Caixa como Gas o Abertis.
Dicho esto, a España le interesa contar con una gran petrolera. La caradura inmensa de Zapatero, que confiesa querer una Repsol española, a pesar de todo el montaje Lukoil, no ayuda mucho.
Y ojo, recordemos lo que ocurrió con Endesa: la pelea entre dos españoles hizo que la primera eléctrica española terminara en manos del Gobierno italiano.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com