Síndrome William Baer. Un padre de Gilford, New Hampshire, Estados Unidos de Norteamérica del Norte. Fue detenido por la policía porque durante una reunión de padres del colegio protestó porque a su hija, de 14 años, le habían dado a leer una novela porno.
Eso me preocupa mucho, porque servidor también se ha visto obligado a armar la bronca en el colegio de mis hijos -religioso, claro está- por la misma razón: las lecturas exigidas a mis hijos. Me identifico con el amigo William.
Como a los yanquis les encantan las normas, en el colegio de marras disfrazaban la felonía con los niños, dejando libertad de expresión durante dos minutos. Así va el susodicho, se desahoga, y luego no se le hace ni puñetero caso. O se lanza a otro padre paniaguado contra él y se hace quedar a William como un verdadero fascista que ha violado la norma de libertad de expresión durante dos minutos. Sí, me identifico con William, quien ha preferido ser arrestado por violar una norma interesada con tal de defender a su hija.¿Se imaginan a un Baer español Por ejemplo, protestando contra los manipuladores de niños y adolescentes del lobby gay, que acuden los colegios, patrocinados por ayuntamientos y comunidad autónomas, para explicarles a los niños que deben abrirse a las "relaciones homosexuales" desde su más tierna infancia para que, a la postre, deciden su 'orientación sexual'. Más bien, las decide el lobby gay por ellos cuando no tienen madurez suficiente para defenderse.
En paralelo, me llega otra noticia que, pudiera parecer inversa, pero que camina en la misma dirección. En India, la Corte Suprema ha prohibido las carreras de toros (en la imagen). La nota, que le llega desde Igualdad Animal, dice: "Es una sentencia histórica para los animales en India, la Corte Suprema ha prohibido las carreras de toros y el polémico festival 'Jallikattu', en el que una multitud coge premios colgados de los cuernos del animal.
¿Pues saben qué Eso atenta contra la dignidad de los bovinos, que son, por naturaleza e historia, tan merecedores de respeto como las personas. Bueno, bastante más, al menos en La India.
Eulogio López
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