Sr. Director:
No podemos creer que las relaciones diplomáticas entre los Gobiernos de Colombia y Venezuela puedan tambalearse por la captura de un líder guerrillero. Cuando más unidos deberían estar para combatir el terrorismo, se detienen en la letra menuda. Quienes ven pajas en el ojo ajeno empiezan ya a cambiar las acepciones de nuestra lengua vernácula: a Granda, miembro de la dirección de un Grupo Insurgente, le denominan Canciller en el exterior; a su captura, bien sea por iniciativa de colombianos o por la generosa ayuda de hermanos venezolanos, la denominan secuestro; al panfleto reclamando que qué pasa con el apoyo a la Revolución Bolivariana, lo llaman Nota diplomática; y a la retención ilegal de un civil por motivos económicos o políticos, la denominan ahora toma de prisioneros de guerra. ¡Caro y Cuervo deben de estar revolcándose en la tumba ante estos neologismos!
Mientras tanto, los colombianos agradecemos de corazón estos regalos de Navidad, Año Nuevo y Reyes, que con tanto esfuerzo nos han brindado nuestros Magos de las Fuerzas del Orden y con ansias esperamos ver reunidos pronto al resto del rebaño y de los pastorcitos, por supuesto.
Alejandro Osorio V.
Ciudadano colombiano
aov55@yahoo.es