Y como el que no paga no sale en la foto, ya se le ha advertido desde el Servicio Nacional Integrado de la Administración Aduanera y Tributaria del país (SENIAT), que esta actitud arrogante puede suponer un duro golpe a los intereses franceses: la cancelación de sus operaciones en Venezuela.
El SENIAT le reclama a Total que cancele con el fisco venezolano la deuda que tiene pendiente y que conlleva el periodo que abarca del 2001 al 2004. La cantidad que reclama del Gobierno del populista Chávez asciende a una cantidad cercana a los 200 millones de dólares.
De no pagarse, no sólo se le cancelarían los contratos sino que tendría además que hacer frente a una multa que supondría el 112% del tributo dejado de pagar.
Según el gerente de Contribuyentes Especiales del organismo tributario, Joaquín Cedillo, Total es la única compañía que no ha firmado la liquidación de sus deudas. Todas las demás petroleras que suscribieron en 1992 los convenios operacionales han pagado sus cuentas pendientes. Este era un requisito para la firma de los nuevos contratos.
Total participa además, junto a la noruega Statoil, de una asociación estratégica -Sincor- con la estatal petrolera venezolana PDVSA, para explotar petróleo extra pesado en la Faja del Orinoco.
Con alrededor de 5.000 millones de dólares, Francia disputa el segundo lugar con España en inversiones extranjeras en Venezuela, detrás de Estados Unidos. De confirmarse la cancelación de los contratos, la española Repsol, la italiana ENI y la estadounidense ChevronTexaco podrían optar a comerse el pastel de los franceses según nos han informado fuentes del Gobierno venezolano.