El último trimestre del año el PIB ha crecido un 0,2%. El crecimiento es muy pequeño en comparación con el resto de países europeos.
El Banco de España ha presentado en su último boletín los datos del último trimestre de 2010 y que permiten una visión conjunta del año. Uno de los aspectos más destacados es la percepción de una leve recuperación en la economía del país a partir de un crecimiento del PIB del 0,2% en el último trimestre del año, que cierra los datos del 2010 en una caída del 0,1%, una décima mejor que la previsión que había realizado el Gobierno para el año pasado.
Este crecimiento del último semestre supondría un aumento del 0,6% en tasa interanual, pero no son porcentajes que ofrezcan un panorama halagüeño. Y es que la demanda nacional ha retrocedido levemente (un 0,7 % en tasa interanual), mientras que la aportación de la demanda exterior neta al PIB se ha incrementado en tres décimas.
De esta manera España, pese a la mejora con respecto a 2009, contrasta en sus cifras con los registros más elevados que se han producido en otros países de la zona euro y todo debido al débil avance de la actividad a lo largo del año pasado.
Durante 2010 ha descendido la demanda nacional (-1,2 %) -en el segundo semestre lo ha hecho en un 0,4%-, aunque de manera muy inferior a como lo hizo en 2009 y las perspectivas para el año 2011 en España -aunque también en la zona del euro- siguen dibujando un horizonte de recuperación lenta y muy dependiente del sector exterior, condicionada por el ajuste fiscal y el proceso de saneamiento que afronta el sector privado.
En el último trimestre del año, el consumo privado ha mostrado un crecimiento intertrimestral prácticamente nulo tras el intenso retroceso experimentado en el período precedente, lo que ha hecho que la tasa interanual se mantenga estable. Y es que en el tercer trimestre se frenó el consumo por la subida del IVA, el final de ciertas subvenciones, pero ha persistido en el último tramo del año por no haber un contexto propicio para gastos debido al precario mercado laboral, la disminución del valor de la riqueza inmobiliaria o las condiciones crediticias todavía relativamente restrictivas.
En esta situación el crecimiento de la inflación que ha alcanzado en enero el 3,3% no favorece la recuperación del consumo. Además, las rentas de las familias han continuado cayendo, limitando así el poder adquisitivo. También ha decaído la tasa de ahorro hasta situarse en el 14,4 %, 3,6 puntos menos que a finales de 2009.
Así pues sólo el incremento de las exportaciones ofrece datos positivos al PIB en el cuarto trimestre, ya que las importaciones se han estancado.
En este panorama, por lo tanto, que se haya mejorado una décima el porcentaje del PIB con respecto a las previsiones del Gobierno, es un dato algo positivo pero muy pequeño. Lo peor de la crisis parece haber pasado, pero sólo para quien tiene poder adquisitivo y juega con acciones. Para el resto de la gente, lo malo continúa y quién sabe si irá a peor, teniendo en cuenta que por lo menos hasta 2012 habrá más de cuatro millones de desempleados en nuestro país.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com