Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Así se denomina el grupo criminal mexicano que tenía un campo de adriestramiento para la violencia de jóvenes secuestrados. Peleas hasta la muerta, entrenamiento hasta la extenuación, jóvenes obligados a pelear hasta matarse para divertir a sus secuestradores, violaciones sistemáticas de niñas y menores por parte de los dirigentes... un verdadero horror en algo parecido a un campo de exterminio. Este vídeo da una idea de lo que estamos hablando.

Sólo cuando madres de desaparecidos se han dedicado a investigar, en lugar de hacerlo las autoridades correspondientes, ha salido a la luz del horror. 

Campo del horror del que dichas autoridades tuvieron noticia hace ya más de medio año y que han ocultado. ¿Cómo se puede ocultar a tantos asesinatos cuando sabes que los familiares de los desaparecidos los están buscando? La presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que lo siente mucho pero que la culpa es de las autoridades locales. Mire usted, señora presidente, una bestialidad de este calibre impele a todos: a las autoridades locales y a las nacionales. 

Por cierto, un detalle muy significativo: Sheinbaum es indigenista, y hasta en su toma de posesión escenificó el culto al fuego y a Gaia, la madre tierra. Es decir, aquellos cultos sangrientos con los que acabaron los españoles y Hernán Cortés. 

Pues bien, en el campo de exterminio de Jalisco, reparen en la foto, se exhibían objetos en honor a la muerte, otro de los mandamientos del culto indigenista. Les gusta la muerte.  

Ni AMLO ni Sheinbaum, ambos izquierdistas, progresistas y defensores del pueblo, han sabido detener la violencia creciente en México. Su inacción parece demostrar que les importa poco ese pueblo al que tanto citan.