El muy ‘ecológico’, rojo y ultraprogre Luiz Inácio Lula da Silva no sólo ha subido el IVA a los brasileños, sino que se está luciendo en la preparación de la próxima Cumbre del Clima (la COP30) que tendrá lugar en la ciudad brasileña de Belém do Pará el próximo noviembre (entre los días 10 y 21). Y es que se está talando parte de la selva amazónica para construir una nuevaautopista de cuatro carriles que facilite el tráfico a dicha ciudad.

Encima, el gobierno de Brasil presume de que esta nueva carretera es “sostenible”. Sin embargo, agricultores, lugareños y asociaciones conservacionistas se han mostrado contrarios a la misma por sus efectos negativos para la selva tropical y los animales, en declaraciones a la BBC. Otra muestra más de la hipocresía climática de tantos políticos y gobiernos.

También hay que tener en cuenta que en Brasil se está invirtiendo en construir hoteles, renovar el puerto y ampliar el aeropuerto duplicando su capacidad. Esto último le gustará mucho a PedroSánchez para poder ir en Falcon o llevarse dos aviones, como ya hizo en la COP29 que se celebró en Bakú (Azerbaiyán) el pasado noviembre. 

Por tanto, en la próxima Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático  parece que se hablará mucho de ser ecológicos, pero los gobernantes y ministros no predicarán con el ejemplo. Y por cierto, es una cita que no es nada barata... pero como corre a cargo de los ciudadanos a ellos les duele bastante poco.

Más de uno debería ver el documental Clima: la película, de Martin Durkin, donde los científicos hablan claro sobre la gran mentira del calentamiento global y de que no existe una emergencia climática, sino una estafa para reducir la libertad y forjar un gobierno mundial tiránico. Y no estamos hablando sólo de políticos, sino también de actores muy ‘ecológicos’ como el español Miguel Ángel Silvestre.

Y es muy probable que entre los asistentes a la COP30 no esté Donald Trump porque entre sus primeras decisiones como 47º presidente de EEUU ha estado la de retirar, de nuevo, al país del Acuerdo de París, que considera una “estafa injusta”. Algo que no gustó a la progre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, quien defiende que “el Acuerdo de París sigue siendo la mayor esperanza de la humanidad”.