Lo dijo ante un grupo de directivos del BBVA: "Gane la OPA o la pierda, me quedo". Toda una declaración de intenciones dado que, hasta el momento, todos estábamos de acuerdo en que si Carlos Torres perdía su OPA contra el Sabadell no habría necesidad de que el Consejo le pidiera su dimisión: él mismo la presentaría y se marcharía a casa, bien forrado el riñón, se entiende.
Sin embargo, el cambio acaecido en la persona de don Carlos Torres Vila, presidente del BBVA, ha resultado copernicano. Ahora quiere quedarse y seguir con el riñón forrado 'in saecula saeculorum', al frente del banco con sede en Bilbao. Por cierto, que una de las ocurrencias de los chicos de Puigdemont consiste en darle el visto bueno a Torres para que se coma al Sabadell... si traslada la sede del banco desde Bilbao a Barcelona. Pero insisto, hemos olvidado que los nacionalistas vascos y los catalanes pueden ser aliados de contingencia frente a Madrid pero que ambos se llevan como el perro y el gato, bajo el epigrama de "amigos pero sin perder"... que yo a ti no te trago.
Torres es un convencido de que a quien hay que cuidar es a Claudia Sheinbaum y se resiste a mejorar la OPA, sobre todo para no emborronar el futuro del BBVA. Cuando un consejero le dijo que si merecía la pena seguir adelante, respondió con un "hay que ganar"
Ahora mismo, el presidente del BBVA espera la caída de Sánchez y de Illa, dos personajes que nunca caerán, hay que tirarlos, la oscuridad de 'Puchimón' y la condena definitiva de Francisco González (FG), pues para hacerse con el trono de verdad, resulta imprescindible matar al padre... aun cuando el padre haya abdicado en ti y ya esté en el asilo. Nada de ello es probable, pero sí resulta novedoso que Torres, que siempre estuvo enamorado de sus ingresos, lo esté ahora de su sillón de mando.
Al tiempo, Torres asegura que tiene el beneplácito del BCE para que no le salpique el caso Villarejo, aun cuando la entidad termine condenada. Y ahí no duda en citar al vicepresidente Luis de Guindos, al que no creo que le haga mucha ilusión la cita.
Dicho de otro modo: ¿puede operar bajo la férula regulatoria del BCE un banco condenado? Poder, sí que puede.
Torres es un convencido de que a quien hay que cuidar es a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, una radical de apariencia moderada pero que, por el momento, ha arremetido contra España, pero no contra los bancos españoles. Porque, conviene recordarlo, de México depende la cuenta de resultados del BBVA.
Lo que aún no ha conseguido es neutralizar las opciones de José Ignacio Goirigolzarri y Laura Abasolo, las dos opciones del PNV como sustitutos para la Presidencia. Torres tenía la confianza de Ortuzar pero apenas tiene relación con Aitor Esteban
Y más: Torres se resiste a mejorar la OPA, sobre todo para no emborronar el balance futuro del banco. Porque, no nos engañemos, su oferta es una castaña pilonga, una operación lesiva para el BBVA, irrelevante para el sector y nociva para la economía española. Cuando en el Consejo le plantearon si realmente merecía la pena seguir adelante respondió con un "hay que ganar".
Lo que aún no ha conseguido Torres es neutralizar las opciones de José Ignacio Goirigolzarri y Laura Abasolo, las dos opciones del PNV como sustitutos suyos al frente de la entidad. Y es que Torres tenía la confianza de Ortuzar pero apenas tiene relación con Aitor Esteban. Cuidado por ahí. El PNV sigue usando muy inteligentemente a sus cinco diputados en el Congreso.