Sr. Director:
La presencia de una violencia tan intensa en sociedades avanzadas que han alcanzado los más altos niveles de desarrollo obliga a preguntarse por sus fundamentos.

 

 

Las ideologías, del origen que sean, fomentan una falta de respeto por la dignidad de la persona. La reducción del hombre a puro momento efímero de la historia, destello entre la nada anterior al nacimiento y a su muerte, favorece la justificación de una violencia con resultados que a todos nos escandalizan. ¿No les parece que bajo un aparente paraíso se esconden en ocasiones amenazas que tienen como raíz la cultura de la muerte?

Suso do Madrid