El Gobierno recorta la oferta pública de empleo en un 87%, pero sigue manteniendo la contratación de interinos por debajo de la mesa. Una situación muy injusta porque esos interinos terminan consolidando su puesto de trabajo e incrustados en la administración sin haber pasado unas oposiciones. En el caso de Madrid además, los complementos de dirección se consolidan de por vida. Inasumible.
No es el único consistorio descontrolado. Muchos ayuntamientos han descubierto que la manera de inflar sus plantillas es mediante fundación pública local. No están sujetos a la intervención general ni a ningún tipo de control. Y eso explica que las cifras de personal se hayan incrementado en un 1.475% entre el 2002 y el 2006. Un escándalo de proporciones superiores. Y es aquí donde el Gobierno debería de empezar a meter mano. Aunque a los mercados les cueste verlo.
Andrés Velázquez
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