El sector del transporte aéreo empieza a desperezarse. En concreto, IAG, producto de la fusión entre Iberia y British Airways, ha reducido sus pérdidas desde los 273 a los 47 millones de euros durante el primer trimestre de año. Aumentan los ingresos, así como el transporte de carga.
Son los primeros resultados tras formalizarse la fusión entre las dos compañías y ya están pensando en ampliar el negocio. Desde luego, con la estadounidenses American Airlines, con quien poseen una joint-venture, aunque las posibilidades son remotas porque los muy liberales norteamericanos no permiten que un extranjero adquiere más del 25% de una aerolínea americana. Y también se busca uan alianza con la portuguesa TAP -en venta- y, lo que es más importante, con alguna compañía asiática.
Eulogio López
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