Sr. Director:
Hace algo más de un año dejaba por escrito uno de sus deseos más profundos, D. Sabino Fernández Campo, el que fuera jefe de la Casa del Rey: Quiera Dios que en los momentos más complicados para nuestro pueblo recordemos la transición y, en vez de criticarnos mutuamente, sepamos unirnos en lo esencial para bien de todos.

 

Sabino ponía como referencia de su anhelo de concordia entre los españoles a Dios. No era un modo de hablar, sino una muestra de libertad en un país en el que la experiencia religiosa con frecuencia se considera un fenómeno exclusivamente privado, que no tiene relación alguna con la vida común.

Fernández Campo ponía como referente histórico la transición, de la que él mismo había sido protagonista. No una transición de componendas o de un consenso vacío, sino de unidad en lo esencial.

Esas certezas son las que a Sabino le dieron la inteligencia precisa para contribuir a frenar el golpe del 23-F, para acompañar al Rey en momentos decisivos, para hablar cuando tenía que hablar o para callar cuando era conveniente. La inteligencia y la decisión permanente de servir al bien común.

Quiera Dios, que ahora le ha acogido en su misericordia, que los españoles sepamos seguir su ejemplo en la búsqueda de lo esencial que nos une. ¡Ojala! nuestro presidente y su partido tengan en cuenta las palabras de los que han sido sabios, por tener el don de la Sabiduría y el de Temor de Dios.

José Morales Martín