Por lo general, todas las reformas económicas que se perpetran en Washington constituyen la mayor, más importante y más definitiva reforma desde 1929. Por lo que ya deben contarse una veintena de reformas financieras "mayores". Pero la verdad es que no han mejorado nada y Nueva York, es decir, Wall Street, siempre termina por imponerse a Washington, es decir al Capitolio y a la Casa Blanca.
Pero para apuntalar el hito histórico, es decir, la nueva campaña de este presidente bluf que es Barack Obama, al que todos los catetos consideran el oráculo de Delfos, los chicos de José Manuel Lara nos colocan unas imágenes sobre-impresionadas del presidente norteamericano en la que nos explica que se trata de un plan para crear un mercado robusto y vibrante basado en un término tan novedoso en la jerga financiera como el de transparencia, todo un descubrimiento que epatará los intermediarios financieros del mundo mundial.
A continuación, por si quedaba algún recalcitrante sin convencerse de que, ahora sí, Obama va a solucionar la crisis del mundo mundial, Matías Prat nos explico cómo mató una mosca en plena entrevista de televisión española -el sastrecillo valiente mató a siete, pero es un personaje de ficción-, todo ello horas después de que fuera nombrado el hombre más elegante del planeta, por delante de Brad Pitt y George Clooney, y días después de que otra encuesta revelara como el personaje con el torso más sexy del planeta. ¿Es que necesitan más pruebas de que es nuestro Salvador?
Por el momento, Obama ha imitado a George Bush sólo que a lo bestia. Si el primero sólo dejó quebrar al especulador Lehman Brothers y empleó 10 en salvar a los primeros bancos flácidos, Obama multiplicó el dinero público destinado a salvar especuladores y el número de agraciados: aseguradoras, hipotecarias etc., y no permitió que quebrara ni uno sólo.
Pero ahora, ¡ajajá!, va a acometer la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión. Una reforma formidable, que reforzará la transparencia de los mercados hasta hacerlos robustos y vibrantes. ¿Y qué es un mercado robusto y vibrante? No tengo ni la menor idea pero se lo escucho a don Barack y, qué quieren que les diga, me siento muy reconfortado.
Y Matías Prat también.
Obama no es un bluf: es un requete-bluf, las doce tribus de bluf unidas en un envoltorio de vibrante demagogia.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com