Tengo una seria preocupación y es que no se avance en la negociación y soy pesimista, pero hay un espacio de negociación. A veces, las negociaciones se atascan por asuntos difíciles de comprender. Los iraníes no aceptan que les pongan una condición previa, la suspensión del enriquecimiento de uranio, porque el tratado internacional no les obliga a eso, no tienen la obligación de renunciar. Pienso que si se empieza la negociación, en el curso de la negociación todo es posible, incluso que haya un periodo de suspensión negociada entre las partes y después que se establezcan las bases para una cooperación en materia nuclear; todo es negociable, estamos atascados en la condición previa, porque uno dice: si usted me niega el derecho a enriquecer, no hablamos; y el otro, lo contrario, señalaba González.

 

Según González, el único punto de discrepancia de fondo con el presidente iraní era su visión de la solución del conflicto palestino-israelí. Pero no creo que eso sea el obstáculo de fondo, aunque mucho no ayuda a generar confianza. Pero ese no es el problema de fondo : el problema de fondo es cómo definir y recuperar entre todos el papel de un país clave como Irán en la estabilidad regional. Tanto en relación con el problema iraquí como con el problema que hoy nos agobia, el Líbano.

 

No me gusta hacer juicios previos, pero sí puedo asegurar que Hezbolá tiene una relación de una minoría dentro del mundo musulmán, y cada vez que veo que hay negociaciones para intercambio de prisioneros es que Irán tiene una palabra clave que decir, y la influencia clave es Irán, señalaba González, aunque no se ha atrevido a afirmar que ellos hayan provocado el conflicto.