Este criterio no fue utilizado cuando la formación ilegalizada convocó el acto de Anoeta. Tampoco cuando los miembros del PNV mantuvieron conversaciones con los representantes de Batasuna dentro de la ronda de contactos para formar gobierno. Se trata en definitiva de un gesto, de un guiño al gobierno central que ahora sí da muestras de acercamiento en la búsqueda de apoyos para los próximos Presupuestos Generales del Estado.
Resulta también curioso que el gobierno vasco advierta ahora que la marcha que Batasuna había convocado para "festejar" el comienzo de la Semana Grande donostiarra podría provocar alteraciones del orden público. Y resulta curioso porque todas las manifestaciones abertzales acaban como el rosario de la aurora, quema de banderas nacionales incluida. Es bastante previsible que Batasuna haga oídos sordos y convoque una manifestación ilegal. Está por ver si el gobierno vasco ordena a la Ertzaintza actuar con contundencia o si opta por un perfil bajo con la excusa de no alterar todavía más el orden público.