Jaime Castellanos, presidente del Grupo Recoletos, tiene el permiso de Pearson para vender el casi 80% de Recoletos en manos del grupo editorial británico. Como ya hemos informado, el objetivo de Castellanos consiste en mantenerse en la Presidencia de Recoletos, cuando Pearson se haya marchado. Por ello, ha contactado con distintos posibles compradores. También con Vocento. Se da la circunstancia de que los seis hermanos Castellanos heredaron un paquete de acciones de Vocento, que en su momento superaba el 10%. En el momento presente, Castellanos posee una pequeña participación del grupo vasco, que no alcanza el 2%. Es más, cuando quiso convertirse en consejero del mayor grupo de prensa regional de España, y actual propietario del ABC, el presidente de Tele 5, Alechu Echevarría, se negó en redondo. Así que su hermano Carlos Castellanos es quien representa a la familia en Vocento. Esas no especialmente buenas relaciones han sido las que han llevado a Vocento a mostrarse dispuestos a comprar Recoletos "pero sin bicho dentro". Es decir, sin Castellanos al frente.
Pero éste no se da por vencido. Cuando el consejero delegado de Vocento, José María Bergareche, se vino a vivir a Madrid, a una urbanización de lujo, Castellanos le sirvió de cicerone y le presentó en sociedad. Y no sólo eso, Castellanos también trata y juega al golf (algo que une mucho) con Santiago Bergareche, el hermano mayor de José María. En pocas palabras, a pesar de las reticencias, Vocento sigue siendo otro de los candidatos a hacerse con Recoletos.
Es ahí donde surge la operación política que algunos fontaneros del PP pretenden realizar en su beneficio, comprometiendo a determinadas fortunas próximas al Gobierno, como los constructores Florentino Pérez, Luis del Rivero, y hasta el propio Juan Villalonga (ex presidente de Telefónica) en una operación paralela para controlar Recoletos. Esta segunda vía le gusta un poco menos a don Jaime.