Y por una lectora de guiones, no una periodista que más que inquirir introducía la respuesta del líder. Lo del domingo por la noche no fue una entrevista: fue una vergüenza para el periodismo.
Es como un niño con su juguete. Pero un niño mentiroso, un mentiroso que se cree sus propias mentiras.
Pero más que niño, ZP se comporta como un adolescente resentido. No es un Bambi, es un Mr. Bean, y cada día que pasa se le acentúa más la impostura permanente y la malicia del personaje británico. Hay que reconocerlo, el pueblo español es resistente, porque es capaz de aguantarle una segunda legislatura. Es cierto que nos hemos dejado muchos pelos en la gatera pero aún sobrevivimos al Zapatismo.
El hombre que ha disparado el paro en España cuya incapacidad para afrontar la crisis económica ya es conocida en toda Europa, habla de la competitividad de las energías renovables sin inmutarse con la inmadura sensación del adolescente empeñado en convertir sus deseos en realidad.
El problema de ZP es ése: que es un adolescente, pero ojo, un adolescente malicioso y vengativo. Es Mr. Bean, pero un Mr. Bean con ansias totalitarias. Decíamos ayer, que el proyecto de ley de Economía Sostenible, la ley que nos regulará hasta el termostato, tiene tendencias totalitarias. Un compañero me recuerda lo que el propio ZP dijo días atrás durante su primera alusión al proyecto. En aquel momento, el presidente aludió a la necesidad de primar -o sea, subvencionar- las ciencias para alargar la vida. Al parecer, a este monstruo del pensamiento e insigne estadista no le gusta que vengan nuevos comensales al banquete de la vida pero sí intenta que la suya se alargue todo lo posible, eso sí, siempre con cargo al erario público.
Lo que supone una gran tontería, porque la ciencia no nos ha alargado la vida, sino la vejez.
Eulogio López
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