El futbolista Cristiano Ronaldo ha emitido un comunicado en el que dice que ha sido padre. Ha tenido un hijo con una camarera de un bar, en Los Ángeles, en una noche de diversión.
Después de las pertinentes pruebas de paternidad, ha resultado ser el progenitor de esta criatura. El resto de la noticia es que, al parecer, ha comprado a la madre del niño para que no revele su identidad y renuncie al derecho de ser madre, ya que el niño estará bajo la tutela exclusiva del padre, y todo ello por 16 millones de euros.
Existe una esquizofrenia social por la que la actividad privada de cualquier personaje público deportista, político, empresario- pertenece a su intimidad, por lo que es libre de hacer lo que quiera. Sin embargo, esto no es así, cualquier persona tiene que ser ejemplar en su vida privada y en la pública o social, porque sus actos son referencia para los demás.
Estos hechos plantean sin querer ser exhaustivos- algunos interrogantes que pueden suscitar debate: ¿Hasta qué punto se puede comprar la paternidad de forma exclusiva, por uno de los padres, máxime si no se trata de una madre de alquiler o de una subrogación gestacional, figuras jurídicas, éstas, contempladas en algunos países? ¿Acaso esa cláusula de rescisión de la paternidad de un de los padres, no se contradice con la Declaración de los Derechos de Niño, por el que éste tiene derecho a un padre y a una madre, salvo casos verdaderamente excepcionales? Y por último: ¿El dinero puede llegar, incluso, a privar al derecho del niño a que tenga su verdadera madre?
En esta historia esperpéntica se da a entender que el poder del dinero puede comprarlo todo, incluso los derechos de un niño, que estarían sujetos a transacciones económicas, como si de una mercancía se tratara. Lo incoherente es que las veces de madre las harán la madre del futbolista y su hermana, ni siquiera el mismo padre se ocupará de educar al niño, ni su actual novia rusa.
Al menos una cosa positiva habría que sacar de esta luctuosa y poco edificante historia: la madre natural del niño no abortó. Lo que no sabemos es si no lo hizo por convencimiento personal, o porque pretendía sacar como así ha sido- un buen pellizco al multimillonario futbolista. Desde luego, con don Santiago Bernabeu esto no hubiera pasado, o este jugador ya no estaría en el Real Madrid, al igual que Benzemá, Guti, y un largo etcétera, que no son ejemplo para ningún joven, ni representan la imagen fiel de la historia de este Club. Desgraciadamente, el fútbol se ha convertido en un escenario de frivoleo y de derroche económico, ayuno de valores, al que urge dar otra orientación.
Javier Pereda Pereda