Sr. Director:
Es comprensible el enfado del sector del cine en Cataluña con las nuevas imposiciones lingüísticas del Gobierno catalán.
Es comprensible el enfado del sector del cine en Cataluña con las nuevas imposiciones lingüísticas del Gobierno catalán.
Las estadísticas son conocidas de todos: cuando se proyecta la misma película en el mismo cine en lengua española y en lengua catalana, los espectadores prefieren ver por abrumadora mayoría, más del 80%, la versión en español. Obligar a un empresario a proyectar la cantidad de cine en catalán que exige esta ley es obligar a su empresa a no ser rentable, a tener que abrir unas salas para tenerlas vacías, algo injustificable.
Una ley como esta que impone a un sector una lengua por decreto de ordeno y mando, con multas y sanciones, lo único que conseguirá es aumentar el rechazo hacia el catalán y provocar el cierre de más cines.
Raquel C. Cañellas