Blesa se aferra al sillón y Gallardón pone la Presidencia de la cuarta entidad en manos de los tribunales... con el apoyo del Grupo PRISA

Miguel Blesa no cede. Se aferra al sillón presidencial de Caja Madrid como una verdadera lapa. Mariano Rajoy está desaparecido, y José María Aznar, el hombre que le puso en el cargo, mira hacia otro lado. La presidenta de la Comunidad de Madrid, sin inmutarse, aseguró, en la mañana del miércoles 7 que no hay conflicto alguno en la cuarta entidad financiera del país.

Blesa ha intentado forzar el relevo en la Presidencia de la Comisión de Control, árbitro de la renovación de órganos de Pablo Abejas, hombre fiel a Esperanza Aguirre.

Al mismo tiempo, el alcalde de Madrid, correligionario pero enemigo jurado de Aguirre. Alberto Ruiz Gallardón está dispuesto a que sean los tribunales quienes dictaminen quién es el presidente de Caja Madrid, lo que podría mantener a Blesa en el cargo durante un largo y demoledor pleito judicial. Y es que a Gallardón, Blesa le importa poco, pero desautorizar políticamente a Aguirre le importa todo.   

Por cierto, que Gallardón cuenta en esa guerra civil interpartidaria con el apoyo entusiasta del grupo PRISA.