Bonísima emisión para los inversores, letal para los catalanes. La herencia del Tripartito será una clase media agobiada por los impuestos. Y en toda Europa, ocurre lo mismo. O imponemos el patrón oro y las limitaciones al endeudamiento de los gobiernos o no saldremos de la crisis. El G-20 se enreda en la bagatela de la guerra de divisas

Hispanidad ya anticipó las condiciones de los llamados bonos patrióticos catalanes. Al final un coste del 7,75% (el bono español a un año está en el 1,2% y el alemán en el 0,7%) para el erario público catalán, es decir, para los contribuyentes catalanes, es decir, para todos los contribuyentes españoles. Cataluña se endeuda a lo bestia y alguien, los de siempre, todos, van a tener que pagarlo. Es el nivel de endeudamiento de los gobiernos, nacionales y regionales, en toda Europa, el que está hipotecando a toda una generación nuestros hijos. Condenándoles a vivir con impuestos altos y prestaciones públicas bajas- y esquilmando a la clase media actual. En toda Europa, los Gobiernos continúan endeudándose y consideran que han salido de la crisis cuando logran colocar sus bonos en bolsa. En resumen, los bonos patrióticos catalanes es una estafa a los catalanes, es justo lo contrario de lo que hay que hacer: no endeudarse.

Al tiempo, como no podía ser de otra forma, los impuestos y las tasas otra forma de llamar a los impuestos-, así como las sanciones, se multiplican en toda Europa: impuestos verdes, impuestos sobre la banca (no sobre la especulación bancaria sino sobre la banca que es una actividad en principio tan buena como cualquier otra), impuestos verdes, tasa por subir a un avión, multas por conducir a velocidades prudentes, gravámenes verdes, rojos, amarillos y anaranjados. Y los impuestos no sólo son un atentado contra la propiedad privada, sino también contra la libertad individual. Estamos en manos de los gobiernos.

Por otra parte, no es con impuestos como saldremos de la crisis, sino reduciendo los gastos públicos, empezando por los gastos financieros, es decir por la deuda pública. Pero sobre todo, la salida del túnel está en el modelo alemán y francés, los dos países que sí están viendo la salida del túnel. ¿Dónde está el secreto?    

El caso alemán indica que la industria, no las finanzas, ha sido quien ha llevado a superar la crisis económica. Alemania es un país que produce cosas, no sólo créditos, y que exporta sus bienes al exterior. Francia también, aunque lastrada por una política social que Nicolás Sarkozy intenta reconducir como puede.

En cualquier caso, ¿qué tienen de común Alemania y Francia? Que cuidan su industria. Por contra, ¿Qué hace España? Permitir que sus grandes empresas caigan en manos extranjeras. No es nacionalismo, es simplemente que cualquier gobernante prudente sabe que lo bueno es que las decisiones de inversión se tomen en casa porque así se crearán puestos de trabajo en casa. Y por eso, también, cuando estamos siendo colonizados por empresas alemanas, francesas o italianas o norteamericanas, estamos creando puestos de trabajo en Alemania, Francia Italia y Estados Unidos.

Y la guinda de la tarta es la guerra de divisas. Lo del G-20 es de risa. La pugna de Occidente contra la devaluación del yuan chino, es patalear contra las consecuencias, no contra las causas. China no exporta más porque el yuan esté devaluado sino porque en China se cobran salarios de miseria, en China se hace dumping social (100 dólares de salario mensual frente a los 1.700 de España, que es un salario medio bajo comparado con Alemania, Reino Unido o Francia). En plata: sería más justo introducir aranceles a los productos procedentes de países que explotan a sus ciudadanos, como China, que obligarles a devaluar el yuan. 

El modelo de los bonos patrióticos catalanes es justo lo contrario de lo que tenemos que hacer. Seguimos sin aprender nada de la crisis.   

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com