Media España se alza en defensa de Garzón y pone en solfa la justicia. Nadie va a poner en solfa las decisiones judiciales y administrativas sobre Fernando Ferrín porque se le condena por ser fiel a la ley natural (el ordenamiento positivo es mucho más interpretable), no en normas socialistas o populares. Garzón tiene su enemigos en la derecha, Gómez de Liaño en la izquierda; Ferrín los tiene en ambos, Ferrín es cristiano, sólo eso.
Ferrín es un mártir de la coherencia que se ha quedado solo. Ahora necesita ayuda para pagar los salarios atrasados. Y tenemos que ayudarles. Ya sé que en las cuestaciones ocurre algo parecido a las novelas: nunca segundas partes fueron buenas. En su momento, Hazte Oír e Hispanidad pusieron en marcha una cuestación para apoyar al juez Ferrín. Pues bien, entremos en conflicto con el sentido común: en su día se recaudaron 30.000 euros, ahora el asunto se ha inflado: necesitamos otros 70.000.
Un detalle del ensañamiento con Ferrín Calamita. A Ferrín no le queda otra que ejercer como abogado. Ha ido a solicitar el correspondiente permiso al Colegio de Abogados de Murcia que, a su vez, ha pedido la preceptiva certificación del Ministerio de Justicia. Pues bien, como el subconsciente es muy traicionero, la certificación que envían los chicos del ministro Caamaño pone como fecha inicial de cobro indebido de salarios el 26 de mayo de 2006, esto es, la fecha en la que el juez Ferrín solicita, como era su obligación, un informe psicológico sobre la idoneidad de dos lesbianas para prohijar, no la fecha lógica, la de su condena. ¿En qué estarían pensando estos chicos?
Y ojo, si dejamos sólo a Ferrín el próximo mártir de la coherencia no llegará hasta que las ranas críen pelo. Es el momento de ayudar, En cuanto tengamos preparado el mecanismo para realizar donaciones en apoyo de Fernando Ferrín, se lo haré saber. Ferrín se juega mucho, nosotros también. Porque la solidaridad primera es con el hermano en la fe y con el colega en la verdad. Si no se practica esa solidaridad con el cercano no creeré en la presunta filantropía con el lejano.
Eulogio López
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