- Y con el negocio iberoamericano incluido, la caída del beneficio es del 21,4%, hasta los 1.219 millones de euros.
- El resultado en Hispanoamérica se ha visto penalizado por el tipo de cambio y la devaluación de las monedas locales respecto al euro.
- En España se repite la historia: la reforma eléctrica que regula los ingresos de las actividades extrapeninsulares ha tenido un efecto negativo de 162 millones.
- En inversiones, la cosa tampoco está como para echar cohetes: hasta septiembre, descienden un 4,8%, hasta los 1.386 millones de euros.
- Y ahora viene la salida a bolsa o cómo colocar acciones de una empresa que se ha reducido a la mitad.
Los cuantitativos tienen que estar contentos. Una inyección de liquidez equivalente a casi el 1,5% del PIB español, superior a la suma de los presupuestos del Ministerio de Defensa, Sanidad y Educación conjuntamente y nos sobra para alguno más, es un estímulo a la economía que permitiría rescatar a la mitad de Bankia, y algún banco más. Curiosamente, dicha medida no la ha adoptado el Gobierno, aunque seguramente le agradaría apuntarse el tanto. Las modificaciones introducidas por su reforma fiscal en el IRPF tienen tan sólo un pírrico coste recaudatorio que asciende en dos años a 5.981 millones de euros. Con las medidas cuantitativas aprobadas por Endesa al repartir 14.600 millones de euros en forma de dividendos, nos daría para algo más de dos reformas fiscales, suficiente para considerar la posibilidad de cambio en el titular del Ministerio de Hacienda.
Obviamente, con este dato, los accionistas deben estar llenos de gozo, aunque de la lectura de sus resultados de los nueve primeros meses, algún tipo de sorpresa se llevan. Su beneficio neto acumulado se eleva a 1.219 millones de euros, un 21,4% menos que en el mismo periodo del año anterior, resultado que aún incorpora los datos de la desinversión acometida por Endesa de las participaciones en Hispanoamérica. El beneficio neto de explotación (Ebitda), en el negocio en España y Portugal, fue de 2.484 millones, una caída del 6,4%, lo que derivó en una ganancia de dicha división de 755 millones, un 27,1% menos.
La culpa, como no puede ser de otra manera, la tiene el borrador de la reforma eléctrica que regula los ingresos de las actividades en territorios no peninsulares, con un efecto negativo de 162 millones. Otros culpables: los impactos regulatorios de la enésima reforma eléctrica y la asunción del bono social.
La adecuada gestión de la entidad les ha permitido alcanzar una reducción de los costes fijos de 106 millones, así como de los costes variables, debido fundamentalmente a un menor coste promedio en las compras de electricidad y combustibles. Con ello, han conseguido compensar el impacto de la reforma eléctrica, un verdadero dolor de muelas para los gestores y una úlcera diagnosticada para el Ministro Soria. Del presupuesto de su Ministerio para el próximo año, 4.207,17 millones de euros corresponden a la financiación de costes del sistema eléctrico para atajar el déficit de tarifa en 2015.
Por su parte, la división en Iberoamérica experimenta una caída del beneficio hasta los 464 millones, un 9,9% menos que en el mismo periodo del año anterior. La culpa, en esta ocasión, la tiene el tipo de cambio y la devaluación de las monedas locales respecto al euro. Y ello sin olvidar el aumento del tipo impositivo en Chile sobre los impuestos diferidos reconocidos en dicho país.
No obstante estos datos de su cuenta de resultados, el volumen de actividad permanece casi invariable. La generación de electricidad de Endesa en el periodo ascendió a 96.811 Gwh –lo cual debe ser mucho– un 0,1% superior al mismo periodo del ejercicio 2013, mientras que las ventas de electricidad se situaron en 117.949 Gwh, manteniéndose en niveles similares a las del periodo enero septiembre de 2013. Estos datos refuerzan la idea de una ruptura en la correlación entre el consumo eléctrico y el nivel de actividad económica.
Desde el punto de vista de su estructura patrimonial, Endesa refleja unas inversiones totales realizadas de 1.386 millones, un 4,8% menos que en 2013, superior no obstante a la inversión presupuestada por el Ministerio de Industria en el programa de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, de 1.071,3 millones, con el objetivo de cumplir los objetivos de la Agenda Digital para España.
Endesa reconoce que tiene pendiente de cobro 2.502 millones de euros por partidas relacionadas con la regulación eléctrica, de los que 1.376 millones corresponden al déficit de tarifa de ejercicios anteriores. Cifras más que suficientes para no criticar en exceso las inversiones realizadas por las empresas eléctricas.
Finalmente, su deuda financiera neta referente a España y Portugal, dejando fuera ya los datos de las desinversiones realizadas, disminuyó hasta los 1.293 millones, cifra comparable con los 1.435 millones de finales del ejercicio 2013 (142 millones menos).
En definitiva, datos interesantes del último periodo, inquietantes en el corto plazo y un reparto de dividendos ciertamente sorprendente en cifras, encaminada, según el presidente, Borja Prado (en la imagen), a dotar a Endesa de una estructura financiera "más eficiente", al haber reducido de manera considerable su deuda financiera neta con la desinversión del negocio de Hispanoamérica.
En todo caso, el próximo paso de la eléctrica será la salida a bolsa de un paquete no muy amplio -se habla del 22% aproximadamente- que permita captar dinero fresco. La idea -hasta el momento es sólo eso, una idea- no es mala. El problema es que estamos hablando de una empresa que se ha reducido a la mitad y, claro, las acciones no pueden valer lo mismo que antes.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com