Una cosa es que el Gobierno italiano apoye la OPA del BBVA sobre la BNL, o que, al menos, presionado por la Unión Europea, tenga que simularlo, y otra bien distinta es que eso le baste a Francisco González. FG es muy consciente de que si el contrapacto que dirige el constructor Francesco Caltaginore no acude a la OPA, tendrá gestionar la BNL con la oposición de minoritarios, unos minoritarios que controlarían una cuarta parte del capital, y contra el Banco de Italia, unas perspectiva en verdad compleja.
Pero es que además, la OPA del BBVA sobre la BNL puede tener otras consecuencias lógicas. Estamos hablando de un canje de acciones, por lo que la oposición italiana o los aliados italianos aflorarían como accionistas de referencia de un banco como el BBVA donde no existe núcleo duro, algo de lo que FG hace gala, pues considera que los núcleos duros son un invento francés.
Así Generali, socio además del SCH, por lo que tendría que escoger, se haría con un 1,3% del BBVA-BNL, pero es que Caltagirone se haría con un 0,8%, mientras le Monte de Siena asumiría un 0,7. Recordemos, sobre todo, que todo el consejo del BBVA (Si excluimos a Telefónica, que posee un 1%) posee un 0,06% del capital del BBVA
Y como dicen en la City madrileña: Todos sabemos lo que supone tener un núcleo duro italiano en las tripas. Desde luego, algunas de esas entidades están más cualificadas para movilizar a los fondos de inversión y de pensiones, verdaderos propietarios del BBVA y la BNL, que el propio FG. Además con Generali o el Monte de Siena, FG ya no podría afirmar, como hizo en el caso Sacyr (y esta idea-fuerza se convirtió en la base de toda su estrategia de imagen) que una constructora no sabe gestionar un banco. Por todo ello, aunque todo parece indicar que el BBVA, con el viento de Bruselas soplando a favor, recibirá el visto bueno oficial, muchos dudan, en la propia entidad absorbente, de la conveniencia de dar el paso. A fin de cuentas, saben que van a trabajar en territorio enemigo... y que el enemigo, queremos decir, el italiano, estará dentro de casa.