No me gusta hablar de endogamia universitaria y en todo caso, me gustaría que se estudiaran los fenómenos de endogamia en otras profesiones, señalaba en la mañana de este miércoles la ministra de Educación, Mercedes Cabrera. Vamos, casi casi, como el no nos vamos a hacer daño del chiste... O sea, que endogamia, haberla, hayla.
Y como Cabrera, que proviene de la Universidad a la que considera como su propia casa, no piensa establecer regulaciones que limiten la maléfica endogamia universitaria. Deben de ser las propias universidades las que se convenzan de que deben de contratar los mejores; no tengo confianza en las leyes No está mal para ser ministra de Educación. Así que Cabrera fía la solución a la evolución de la calidad a través de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (ANECA).
A pesar del nombre, Cabrera considera que no será un mecanismo inquisitorial, porque se trata en su opinión- de enriquecer la calidad de los docentes. ¿Y qué pasa con la evaluación de los docentes? Cabrera reconoce que no se ha potenciado la docencia y que deberemos empeñarnos en buscar métodos de evaluación.