El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confrontado públicamente con la congresista demócrata por Minnesota, Ilhan Omar, por la situación en la ciudad de Minneapolis, donde se prevé una inminente operación del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos. Ciudad representada en la Cámara de Representantes de Estados Unidos por la propia Omar, musulmana de origen somalí y líder de referencia en el cada día más influyente sector de la izquierda radical de los demócratas.

La cuestión viene de muy atrás. El origen de la crisis de criminalidad que asola EEUU tuvo su origen en 2020, y como protagonistas al movimiento marxista Black Lives Matter (BLM) y al grupo anarquista Antifa, que llenaron de terror las calles de EEUU y durante las elecciones presidenciales de ese año, ejercieron de guerrilla callejera contra el entonces presidente, Donald Trump, que estaba en su primer mandato en la Casa Blanca, aupados bajo el manto del candidato presidencial del Partido Demócrata, Joe Biden, y de su formación política, así como de la progresía mediática. Precisamente, el epicentro de la violencia fue la ciudad de Minneapolis, donde tras la muerte del afroamericano George Floyd en un caso de abuso policial, los grupos más radicales de izquierda instrumentalizaron el triste fallecimiento de Floyd para sembrar el caos por todo el país. 

Minnesota es uno de los escasos reductos de poder que le queda a los demócratas en el Medio Oeste, donde si bien antaño fueron hegemónicos, han perdido cada vez más influencia, hasta el punto que, en las últimas elecciones presidenciales sólo fueron capaces de vencer en Minnesota e Illinois, perdiendo en el resto incluidos los históricos feudos demócratas de Wisconsin y Michigan, integrantes de lo que se denominaba el “blue wall” (muro azul, por el color del Partido Demócrata).

Cuna de históricos líderes del partido como el vicepresidente Walter Mondale, quien también fuera candidato presidencial demócrata en 1984, la última vez que los republicanos ganaron unas presidenciales en Minnesota fue en 1972. Y precisamente en estas pasadas elecciones presidenciales, el actual gobernador de Minnesota, Tim Walz, fue el compañero de fórmula de Kamala Harris en el ticket presidencial demócrata. E históricamente se consideraba como un Estado moderado, si bien ese tiempo ya pasó.

Minnesota es uno de los escasos reductos de poder que le queda a los demócratas en el Medio Oeste, donde si bien antaño fueron hegemónicos, han perdido cada vez más influencia, hasta el punto que, en las últimas elecciones presidenciales sólo fueron capaces de vencer en este estado y en el de Illinois

Hoy en día se trata de un territorio con una creciente influencia de políticos musulmanes y con perfil de izquierda radical, como la propia congresista Ilhan Omar, o el fiscal general estatal, Keith Ellison.

Y en ese contexto, Trump ha mostrado su preocupación por la situación en la ciudad, y en particular por falta de integración de la población somalí. Las afirmaciones de Trump sobre Somalia no se encuentran alejadas de la realidad, es un Estado fallido, y uno de los principales epicentros del yihadismo islámico a nivel mundial. Si bien la población estadounidense de origen somalí no es muy alta, un amplio porcentaje se localiza en el Estado de Minnesota, y muy particularmente en la ciudad de Minneapolis.

Trump ha acusado también al expresidente demócrata Barack Obama de promover la inmigración de Somalia: 

“Entonces Somalia, considerada por muchos como el peor país del mundo. No sé. No he estado allí. Espero que no estaré allí pronto. Pero lo que Somalia, el pueblo somalí, le ha hecho a Minnesota es terrible.

Mucho de esto comienza con Barack Hussein Obama, porque fue entonces cuando la gente empezó a llegar. Y es necesario que venga gente que ame a nuestro país, que aprecie nuestro país. Quieren darle un beso de buenas noches a nuestro país. Hablan de nuestro país. Queremos que oren por nuestro país. Estas no son las personas que viven en Minnesota”.

El inquilino del Despacho Oval también ha afirmado que “No se le debería permitir a Omar ser congresista, porque no representa los intereses de Estados Unidos", y que "Los somalíes deberían salir del país”. 

Quizás no vaya desencaminado Trump, dado que Ilhan Omar ha defendido posiciones hostiles contra el Estado de Israel hasta el punto de ser considerada como antisemita, es negacionista del genocidio armenio y en 2019 fue una de los escasos congresistas estadounidenses que no votó a favor de condenar el holocausto sufrido por los cristianos armenios en el siglo XX a manos de los turcos, y ha aplaudido al dictador venezolano Nicolás Maduro.

Omar ha sido un apoyo clave para que el también autoconsiderado como “socialista y musulmán” Zohran Mamdani sea el alcalde electo de Nueva York.