Un fantástico Pierce Brosnan encarna a Artie Crawford, un veterano de la Segunda Guerra Mundial quien, tras morir su amada esposa, decide emprender un viaje hasta Normandia desde el hogar de ancianos donde vive, en Irlanda del Norte,  para despedirse de su mejor amigo caído en combate, a pesar de los dolorosos recuerdos que le trae esta última aventura de su vida.

El germen de esta emotiva historia lo encontró el escritor Kevin Fitzpatrick cuando leyó, en el año 2014 que, en vísperas del 70.º aniversario del Día D, un veterano británico se había escapado de su residencia en el sur de Inglaterra y se había unido a algunos viejos amigos del ejército para regresar a Francia para ese día y participar en las conmemoraciones de esa jornada. A partir de aquí, y con otros relatos reales que escuchó,  escribió el guión que dirigió Terry Loane. Un film precioso que habla de valor, de amistad en situaciones dramáticas y, fundamentalmente, de un hombre que, casi al final de su vida, se enfrenta a esos fantasmas del pasado que le han perseguido durante décadas.

Narrada a modo de 'road movie', y con frecuentes flash back que nos muestran tanto su participación en el conflicto bélico como su vida tranquila antes de ese dramático suceso, está ligeramente inspirada en la vida real del soldado Bernard Jordan. En este viaje, plagado de dificultades y algunos sinsabores, Artie encontrará a seres humanos que se conmoverán de su decisión y le ayudarán a cerrar un capítulo doloroso e inolvidable.

El último soldado, a pesar de no ser original al sumarse a una lista de películas de ancianos que emprenden viajes al final de su vida, recuerden la maravillosa Una historia verdadera, de David Lynch (1999), reivindica, como aquella, la capacidad de hacer cosas grandes en la ancianidad, en este caso rendir homenaje a todos aquellos jóvenes que, voluntariamente u obligados, lucharon en el frente de la Segunda Guerra Mundial con el objetivo y el ideal  de liberar a Europa del peligroso poder de los nazis.

Para: Los que les agraden las películas patrióticas pero realistas