Todo comenzó el el 22 de junio de 2018 cuando terminó la etapa de José Antonio Sánchez como presidente. Un mes despues, el 27 de julio de 2018, el pleno del Congreso de los Diputados acordó el nombramiento de Rosa María Mateo como administradora provisional única de la corporación hasta que las Cortes eligieran al futuro consejo de administración mediante concurso público, lo que llegó a anunciarse para finales de 2018. El nombramiento no se ha concretado y la veterana periodista burgalesa lleva ya casi 30 meses en el cargo.

Por el camino, Mateo ha dejado una purga de más de 80 trabajadores de RTVE, conflictos internos... y pérdidas económicas. La cadena pública cerró 2019 con unas pérdidas de casi 30 millones tras tres años en beneficios y 2020 con un déficit cercano a los 50 millones de euros

Sus decisiones las apoya la periodista burgalesa en "razones sanitarias" como cuando cerró La 2 Noticias o en la aconfesionalidad del Estado, cuando la cadena pública no emitió el funeral por las víctimas del coronavirus.

Mateo está convencida de su buen hacer y ni se inmuta ante las peticiones de los trabajadores para que abandone el ente público. Es más, la administradora única del ente, en un ejercicio de responsabilidad, ha manifestado en sus comparecencias en el congreso que seguirá en el cargo hasta que se solucione el concurso público para nombrar una nueva cúpula de RTVE. Hay Rosa María para rato. 

Y mientras Mateo se reafirma en sus actuaciones, ha convertido a RTVE en una maquinaria de censura, gracias a la contratación de dos productoras externas al ente público -Datadista y Maldita Hemeroteca- para realizar labores de verificación en 'Las cosas claras' de la 1 -presentado por Jesús Cintora- en vez de contar con el área Verifica TVE que posee la propia corporación pública.