Repsol insiste en la transición energética y el objetivo de ser cero emisiones en 2050, pero el proceso no es fácil y hay imprevistos (como el coronavirus, que ha desplomado los precios del crudo y gas, y el consumo de energía)
Está claro que el mercado esperaba aun peores resultados que los presentados esta mañana por Repsol. Si no, no se explica la subida que ha experimentado el título, dado que la compañía ha informado de unas pérdidas (resultado consolidado) de 517 millones de euros (M€) en el primer trimestre de 2020, frente a los 617 M€ de beneficios en igual periodo de 2019. Una caída del 184%. La verdad es que la acción había experimentado una fuerte corrección en su cotización a mediados de abril.
Las ventas han caído en un 13,1%, desde los 12.052 M€ al cierre de marzo de 2019 hasta los 10.475 M€ en el mismo cierre de 2020. Pero eso no es lo peor, sino que el coste relativo de los aprovisionamientos se ha disparado o, dicho de otro modo, Repsol trabaja con menos margen: un 16% de margen sobre ventas en este trimestre, frente a un 24% hace un año. Así que si vendes menos y con menos margen, está claro lo que pasa, sobre todo si el resto de gastos son más o menos estables. Ahí tienen ustedes toda la diferencia de casi 1.500 M€ (12.052M€ x 24% - 10.475M€ x 16%) que van arrastrado todos los márgenes en este primer trimestre respecto de igual periodo de 2019, hasta llegar a una caída del resultado final de 1.134 M€.
Las ventas han caído en un 13,1%, desde los 12.052 millones hasta los 10.475 millones, mientras el coste de aprovisionamientos se ha disparado
Las diferencias entre ambas caídas (venta y sus márgenes y el resultado final) se pueden explicar a grandes rasgos así: una mejora de otros ingresos de explotación y los beneficios en venta de activos (192 M€), del resultado financiero (50 M€), del resultado de sociedades y de los impuestos (270 M€), que arrojan 500 M€ menos de pérdidas. A eso le suma usted los 170 M€ de menos beneficios (más pérdidas) por la valoración de participada y ya lo tiene.
Vamos, que el negocio ha ido muy mal. Venden menos y con menos margen. Todo lo demás, adornos.
En el primer trimestre, ha producido casi la mitad de liquidez (-48,7%), pese al ajuste y reducción de inversiones y reducirlas, y a tomar algo de financiación
El balance está estable en su estructura de financiación y, al final, todo el problema de vender menos y generar menos margen se traduce en lo que se tiene que traducir: menor capacidad de generación de caja. En este primer trimestre de 2020 se ha producido casi la mitad de liquidez (-48,7%) que en el mismo periodo de 2019 por operaciones corrientes, y a partir de ahí, hay que ajustar las inversiones y reducirlas y tomar algo de financiación para llegar cómodos al fin de trimestre, como así han hecho.
Todo esto sin saber como va a afectar a una refinera la caída en los consumos de petróleo en los próximos trimestres con menos turismo y menos viajes. No pensemos en español, porque Repsol es mundial y nosotros vamos con retraso en el comienzo y en el final de la etapa dura de la crisis sanitaria. ¿Podría este trimestre explicarnos los inmediatos próximos en Repsol? Tal vez es el único caso de los que hemos visto hasta ahora que sí. Más ventas no vemos y si se recuperan los márgenes, el resultado andará justo.