Víctor Iglesias, CEO de Ibercaja
Ibercaja ha publicado este martes los resultados del primer trimestre de 2020. Nos recuerda la presentación un poco a la de Unicaja que comentamos ayer: pretende la dirección de la entidad que dichos resultados no son tan malos como aparenta el primer titular, y que la culpa es del Covid-19. A diferencia de Unicaja, que presentaba una buena evolución de sus márgenes, y que más daba la sensación de aprovechar la crisis provocada por la epidemia para terminar de provisionar sus carteras, en el caso de Ibercaja no es así.
La entidad que dirige Víctor Iglesias tiene un problema de márgenes y tampoco es que haya hecho un especial esfuerzo en términos de provisiones. No se lo criticamos, tal vez sea pronto para estimar las pérdidas que todo esto va a ocasionar, pero no lo ha hecho y punto. Por otro lado, la información que Ibercaja nos da a los analistas es escasa y de baja calidad, pero al menos es clara, no como en el caso de Mediaset, que además de poco y malo lo emborrona todo.
Vamos a ver. Ibercaja ha publicado al cierre de marzo de 2020 un beneficio de 50,1 millones de euros frente a los 80,2 millones de euros (-37,5%) que obtuvo a igual cierre del año pasado, pero alega que por culpa del virus ha tenido que provisionar 34 millones de euros.
El margen de intereses cae un 4,5%, y si sumamos los ingresos por comisiones, todavía sigue cayendo un 2,3%. En ambos casos estamos comparando este primer trimestre de 2020 con el mismo periodo de 2019. Si vamos al margen de explotación, y a pesar de la reducción de gastos de explotación en el último año (-4,1%), vemos que la reducción es muy fuerte: -14,1% hasta 101,7 millones de euros a 31 de marzo, es decir: 16,7 millones de euros menos de los obtenidos a igual fecha de 2019. Todos los márgenes han caído. A partir de aquí ya juegan las provisiones.
Es verdad que la entidad ha provisionado 34 millones de euros como previsión del Covid-19 y sus efectos, pero casi todo este coste se lo ha financiado una liberación neta de 26,8 millones de euros, de los que 19 millones de euros son por simple desaparición de contingencias. Vamos, que unas contingencias (o preocupaciones) se van y otras llegan. La vida misma. Pero al final, obtiene 29,9 millones de euros menos de beneficios. Volviendo al principio: se han perdido 3/8 de este último, el 37,5%. Casi ná.
Ibercaja lo que sí presenta es una tasa de mora baja (3,9% frente al 4,8% del sector), aunque no tanta si le incluyes los activos adjudicados para medir los activos perjudicados por la insolvencia. De este modo, los activos perjudicados alcanzan el 5,7%, se han reducido en apenas un 0,1% y su tasa de cobertura ha crecido hasta el 53,8% en marzo de 2020, desde el 51,6% de finales de 2019.
La entidad informa de que sus ratios de liquidez (LCR y NSFR) superan holgadamente los exigidos. El LCR es de un 326%. Seguro que es así, pero su relación entre préstamos y depósitos (loan to deposits), un indicador sencillo de liquidez, pero efectivo, todavía es del 91,7%. Razonable, pero sería mejor un poco más bajo. Sobre todo después de lo que hemos pasado.
Solvencia: bien, pero ha perdido un 0,11% de la misma en el trimestre. Todo ello medido en términos de ratio CET1 fully loaded, así que ahora tiene la institución un 11,24%.
Información sobre la rentabilidad del negocio: poca, y sobre la rentabilidad de los fondos propios, menos.
Para jugar en primera, hay que contar algo más. Salvo que no quieran jugar en primera.