Todos los consejeros de BME dieron el miércoles su visto bueno a la OPA de Six. Venderán sus acciones y se embolsarán 14,3 millones de euros, de los que 3,17 millones corresponderán al presidente, Antonio Zoido, y unos 2 millones al CEO, Javier Hernani, que ha sido el principal impulsor de la operación.

Pero sin duda, el más beneficiado, a pesar de no tener ningún cargo ejecutivo en BME, será Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4, que se embolsará cerca de 8,5 millones de euros gracias a la venta de sus acciones.

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Todo esto es bello e instructivo, aunque se trate de la peor decisión -la aceptación de la opa-, tomada en el peor momento, por la volatilidad provocada por el coronavirus. Y es que BME no es una empresa cualquiera: es el gestor de la bolsa española que ahora quedará en manos de la peligrosa y especuladora banca suiza. Sí, España ha abandonado definitivamente el proyecto de un único mercado europeo y que podría haber prosperado si en lugar de Six el comprador hubiera sido Euronext, que engloba a las bolsas de París, Ámsterdam, Bruselas, Lisboa y Dublín.

No ha sido así y BME será suiza. Y Latibex, el mercado de empresas iberoamericanas, filial de la española, también.