- El único modo de burlar la prohibición es recurrir a redes privadas virtuales.
- El Gobierno extrema los controles con la excusa de la seguridad y la moral.
- Facebook y Twitter están permanentemente vigiladas, sobre todo en etapa preelectoral.
- El interés está en los cambios que pueden llegar: Irán tiene una alianza energética con Moscú y es el contrapeso a Arabia Saudí.
Irán celebrará elecciones presidenciales el 19 de mayo. De momento, se saben únicamente los candidatos que concurren, entre ellos el actual presidente,
Hassan Rohani, artífice del acuerdo nuclear, sellado en 2015, con el que el país escapó del
embargo internacional.
Rohani es el mismo candidato que abrió la puerta a desbloquear las
redes sociales (
Facebook o
Twitter), pero todo sigue como estaba, por la resistencia del clero más conservador del
régimen chiita, que considera pecaminoso su uso.
"Si no fuera por mi gestión, no habría en Irán ninguna red social", dijo Rohani en su última rueda, el pasado 10 de abril. El interés de las elecciones, sin embargo, está más en el juego de alianzas en la región. Irán es el contrapeso a los países sunitas del Golfo Pérsico, capitaneados por
Arabia Saudí. En estos momento juega, junto con
Rusia -con el que tiene una alianza gasista-, en la defensa del régimen sirio de
Al Asad.
El bloqueo oficial de las redes sociales en Irán, en cualquier caso, resulta curioso si tenemos en cuenta que más de la mitad del país tiene acceso a
Internet y que unos 20 de los 80 millones de habitantes de la república islámica burlan la prohibición mediante
redes privadas virtuales (VNP). Con ese mecanismo, la red Twitter fue, de hecho, una de las más empleadas en la campaña de 2009 por los políticos reformistas.
El Gobierno extrema ahora los controles, como en todas las etapas preelectorales, con la misma excusa de siempre: la de la seguridad nacional y la defensa de la moral.
El plazo para la presentación de los candidatos -más de mil- terminó ayer domingo. Ahora deben pasar el filtro del
Consejo de Guardianes, figura singular del régimen político iraní: es el que tiene la última palabra para poner nota a las "calificaciones ideológicas" de los distintos candidatos según los principios del régimen.
Además, de Rohani, también se presenta
Ebrahim Raisi, un influyente clérigo de la línea dura que defiende el líder supremo, el ayatolá
Ali Jamenei (
en la imagen). Otros aspirantes son el presidente del Parlamento
Ali Larijani y ex presidente, también de la línea dura,
Mahmoud Ahmadinejad.
Rafael Esparza