El cartel de Moncloa presenta un círculo multicolor, que da vueltas de continuo. Si le miras fijamente, te hipnotiza y a partir de ese momento te crees todo lo que dice Isabel Celaá, ministra portavoz y de Educación del Gobierno
El ojo que todo lo mira: la Agenda 2030. El cartel de Moncloa presenta un círculo multicolor, que da vueltas de continuo. Si le miras fijamente, te hipnotiza y a partir de ese momento te crees todo lo que dice Isabel Celaá, ministra portavoz y de Educación del Gobierno
El círculo se mueve y te hipnotiza, oh sí. Pero siempre en la misma dirección: salvar al planeta, aunque para ello haya que eliminar al gran depredador: el hombre.
Seguimos en el Gobierno oscuro: toda la tarde-noche del jueves y la mañana del viernes sin saber si Pedro Sánchez iba a comparecer para perpetrar el tradicional balance de fin de año, con el que compensar en parte la ausencia de copa de Navidad y Moncloa ni tan siquiera se permitió el lujo de advertir si era un sí o un no. Al final fue un no y Sánchez fue sustituido pro la ministra portavoz, Isabel Celaá.
Celaá realiza una repugnante defensa de los Tribunales europeos, a mayor gloria de los Junqueras, cuyo voto necesita
Balance ‘made in Celaá’: estamos ante un gobierno de progreso: feminista, ecologista, europeísta… Sus logros: en 2019, Mayor oferta de Empleo Público desde 2008, elevados los salarios de los funcionarios, nueva ley educativa para derogar la LONCE, renovación de energía y clima, sustitución de concertinas en Ceuta y Melilla… y tantos, y tantos, otros logros.
Entre nosotros, lo único bueno que ha hecho el Gobierno Sánchez fue subir el SMI a 900 euros, y eso es mérito de Podemos… y el PSOE lo aplicó mal. Subió el Salario mínimo y subieron en la misma proporción (22%) las cotizaciones.
Total, que envió a la economía sumergida a empleadas del hogar, dependientes, camareros, etc.
Todo el mundo sabe que en la Unión Europea hay dos tipos de funcionarios: los que odian a España y los que desprecian a España
A continuación, y esto sí me sorprendió, Celaá se alinea con el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y le arrea una buena bofetada al Tribunal Supremo. El argumento, como casi todos los de la señora Celaá, es genial: como somos europeos los tribunales europeos son nuestros, ergo no pueden habernos golpeado en la nariz porque son nuestros tribunales. Sin fisuras.
Encima, Celaá enfatiza y aplaude la propia decisión del inmundo TJUE, quien según ella, ha modificado la doctrina. A ver: el fallo de Luxemburgo tiene muy mala leche pero ni cambia la doctrina ni tendría que tener repercusión alguna sobre Junqueras y compañía. Sencillamente, es un fallo para un preso preventivo, no para un preso definitivo, con sentencia firme y condenado a 13 años de cárcel, pero ese distingo ha permitido a los separatistas más demagogos (sí, hay algunos más que otros) asirse a esta quisicosa jurídica para asegurar que España es una tiranía sangrienta dedicada a la represión.
Pero no contenta con ello, nuestra maravilla de las maravillas, ¡oh doña Isabel!, mete el dedo en el ojo y recuerda (y esto desgraciadamente en serio) que fue el propio Supremo, ¡oh loado juez Marlaska!, quien preguntó al Supremo lo que no tenía que preguntar, pues todo el mundo sabe que en la Unión Europea hay dos tipos de funcionarios: los que odian a España y los que desprecian a España.
Conclusión: la ministra portavoz dijo lo que Oriol Junqueras quería que dijera: que los tribunales europeos -“que no son tribunales extranjeros”, aunque lo parezcan-, han dictaminado, por la puerta lateral, que los separatistas pueden seguir cachondeándose de la ley si eres elegido para el oneroso e inútil cargo de europarlamentario.
Vamos con el decreto de prórroga tributaria, catastral y de seguridad Social. Hasta que no haya gobierno, con Sánchez a la cabeza, naturalmente, no se subirá el salario mínimo, no se subirán las pensiones, no se subirá el salario a los funcionarios (82%). Se lo traduzco: Pedro Sánchez está utilizando como rehenes a los pobres (perceptores de SMI, hoy en los 900 euros brutos mensuales), pensionistas y funcionarios Y la culpa la tiene la derechona que bloquea la renovación de Peter Sánchez como presidente del Falcon.
Por cierto, que hemos vuelto a batir el record de gasto en pensiones, que ya rozan -sólo las contributivas- los 10 millones de partícipes y por tanto, la nómina no hay quien la pague. Pero mientras se pueden pagar, y aunque se arruine el país, los ancianos volverá a votar a Pedro Sánchez. Para entendernos, 500.000 perceptores de salario mínimo (2 millones de salarios bajos también afectados), 3 millones de funcionarios y 10 millones de pensionistas, son los rehenes de Pedro Sánchez: o me hacéis presidente o ya veréis. Por cierto, ¿necesito recordarles que el sistema de pensiones está en quiebra y que a este ritmo de crecimiento es simplemente imposible mantener el pago?
Y Sánchez continúa en el Gobierno oscuro: mudo y ausente
Por cierto, el SMI, la subida del salario a los funcionarios las pensiones, ¿puede hacerlas un gobierno en funciones? Naturalmente que sí, que lo del PSOE es un milonga importante. Basta con que Sánchez se ponga de acuerdo con la oposición para votarlo en el parlamento, que no está en funciones. Otra cosa es que el señor Sánchez sea alérgico a pactar con la derecha.
Más pitorreo, perdón más medidas. Subirle la tasa a las centrales nucleares… eso sí puede hacerlo un gobierno en funciones. Recuerden: hablando de balances de Gobierno 2018, una de las muchas barbaridades de Sánchez ha sido el cierre programado de las centrales nucleares, que ya veremos si es posible, y encima les hace pagar una tasa para el tratamiento de residuos (ENRESA) y para hace caja y sufragar el propio cierre de los reactores. La ministra Ribera y las empresas pactaron que la tasa de Enresa no subiría por encima del 20%. Pues bien la medida aprobada hoy por un Gobierno en funciones sube la tasa… un 19%.
A esto añadan las cifras sobre déficit que hoy ha hecho pública la CNMC. El conjunto del sistema eléctrico ha tenido superávit (en 2018) de 96 millones de euros. Buena noticia, sí señor, pues 12 años después de la barbaridad de ZP 'el verde' ya la energía renovable -entonces una auténtica ruina- va resultando una energía más eficiente y menos onerosa. Pero recuerden que el déficit de tarifa acumulado fue -también en 2018- de 18.851 millones de euros. Si lo enjugamos a razón de 96 millones de euros de superávit anual, solo tardaremos en pagarlo 196 años. O sea, un éxito.
¡Qué gobierno tenemos! Yo estoy deseando que ERC asiente a Sánchez en Moncloa por muchos años.