- Y apunta a Carlos Torres como su sucesor, no a González Páramo.
- Haciendo de la necesidad virtud, por cuanto el BCE no le admitirá prórrogas.
- Así que, ahora, FG pretende pilotar su sucesión antes de que se la piloten.
Ocurrió recientemente en uno de esos montajes madrileños, con presencia de periodistas y, lo más importante,
sin que nadie se lo preguntara: el presidente del BBVA,
Francisco González (FG),
aseguró que se marcharía en cuanto terminara su actual mandato. Pausa: según las normas internas de la entidad lo previsto es que "su actual mandato" venza a los 75 años, a cumplir en octubre de 2019.
Como adelantara Hispanidad, FG ha coqueteado con la idea de solicitar al Banco Central Europeo (BCE) una tercera prórroga, por ejemplo otros dos años más, hasta los 77.
Sólo que el BCE no se siente a gusto con un mandato tan presidencialista como el suyo ni con la manera como FG afronta su sucesión:
no la afronta en sentido alguno. Por de pronto, cambia a consejeros delegados más jóvenes que él, mientras el presidente permanece.
Y todo esto resulta muy curioso.
Francisco González, el hombre que se cabrea si le mencionas la sucesión, se explaya, sin que sus interlocutores le tienten a ello, acerca de su retirada. Y
sabiendo que hay periodistas presentes en la sala. Aseguró FG que ya estaba preparando su sucesión, que él ya era mayor y, lo que resulta más curioso, que
Carlos Torres Vila, actual consejero delegado del BBVA, sería su sucesor.
Lo dijera para despistar o no, lo cierto es que hasta ahora siempre se ha considerado que
González Páramo, consejero, como su relevo. Pues no, ahora es el joven Torres Vila, que aún debe ganar reputación en el sector.
Y con ello
no sabemos si se hace de la necesidad virtud. Porque lo cierto es que no cuenta con la aquiescencia del BCE
para mantenerse en el cargo y mantiene un pulso sobre su peculiar y autoritaria forma de llevar el
BBVA, algo que explicó
el diario La Vanguardia con bastante claridad.
Toca irse. FG
puede mantener el pulso con el BCE pero no cuando es prisionero de su veterano sistema de ir prorrogando su estancia en la Presidencia. Porque ahora quien pide es el banquero y quien otorga, o niega, es el supervisor. Pero el BCE se niega y ahora FG anuncia que pilotará su sucesión… no vaya a ser que se la piloten desde
Francfort.
Eso sí, FG todavía puede hacerse pagar el favor de retirarse del caso Popular en beneficio de su enemigo, el Santander,
a pesar de que había presentado una mejor oferta que el Santander. Pero ni los políticos ni los reguladores acostumbran a pagar favores. Siempre creen que se los debes tú.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com