
El aborto es tratado como un derecho fundamental, dentro y fuera de nuestras fronteras. La Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigida por Tedros Adhanom, uno de nuestros peores ciudadanos, está en plena campaña para promover el aborto hasta el mismísimo parto.
Tedros ha solicitado que ningún país se atreva a limitar el ‘derecho al aborto’ basándose en “límites de edad gestacional”. O sea, aborto libre hasta el mismísimo parto… y más allá.
En esta línea, como decimos, también va Europa: el Parlamento Europeo aprobó el "derecho al aborto", es decir, convertir la despenalización del aborto en derecho al aborto. De ahí, se irá a por el siguiente objetivo: instaurar el aborto a vencimiento, hasta el mismísimo momento del parto.
España está metida por completo en la campaña del aborto, y para más progresismo, el aborto hasta el mismo momento del parto y como derecho en la Constitución.
Deben darse prisa, Estados Unidos ha sido el primer país en pegar el giro y tener por bandera el sentido provida. Por eso, tal y como advierten la Fundación NEOS, la Asamblea por la Vida y la Federación Europea One of Us: “El aborto entra por la puerta trasera de la Directiva de Violencia de la Unión Europea”.
Las asociaciones expresan su profunda preocupación y su rechazo categórico ante la inclusión de referencias al aborto en el proyecto revisión de la Directiva sobre los derechos de las víctimas (Directiva 2012/29/UE) de violencia contra las mujeres y violencia doméstica.
La cosa se las trae, los progresistas europeos quieren aprovechar la tramitación de una norma destinada a proteger a las víctimas y prevenir la violencia. En la norma se esperaba establecer un marco común para combatir delitos como la violencia sexual, la violencia doméstica, la mutilación genital femenina o el matrimonio forzado, fines todos ellos muy loables. Pero Europa hace lo mismo que con los Objetivos de Desarrollo Sostemible: bajo fines que todos queremos como la erradicación del hambre en el mundo, introduce el aborto.
¿Cómo? Pues incluyendo el aborto como parte de la respuesta institucional a la violencia contra las mujeres. De aprobarse la Directiva hablaríamos del primer texto legal europeo e internacional que legitima el aborto de facto como un derecho. Además, estaríamos ante otra intromisión de la Unión Europea en el ámbito de competencia exclusiva de los Estados miembros.
Desde las asociaciones destacan que también es preocupante que esto se produzca con el voto favorable del Partido Popular Europeo (EPP), "a pesar de que los resultados de las últimas elecciones europeas reflejan una mayoría clara de fuerzas políticas que, al menos sobre el papel, rechazan la consideración del aborto como un derecho europeo y defienden el respeto al principio de subsidiariedad y el Estado de derecho, las contradicciones internas del Partido Popular Europeo (EPP) -y, en particular, del Partido Popular de España- han llevado a estas formaciones a alinearse con las fuerzas de izquierda, traicionando las expectativas y, en ocasiones, compromisos adquiridos con sus votantes".











