- Gana 1.915 millones en 2016 después de salir de varios países, entre ellos España.
- Y aún no ha terminado: acelera las desinversiones, también en su división de África.
- Barclays es ya más un banco de inversión y eso tiene un precio: 1.608 millones en multas.
- Con la reestructuración (recorte drástico de costes) mejora el ratio de solvencia hasta el 12,4%.
Las cuentas de
Barclays en 2016 son más bien una consecuencia que un resultado. El banco británico sigue inmerso en su plan de
reducción drástica de costes que implica una salida de lo que considera no estratégico. En otras palabras, gira indefectiblemente hacia la
banca de inversión, el otro extremo en el que estuvo, la
banca doméstica, de verdadero negocio y servicios.
Se explica el giro de pérdidas a
beneficio: 1.915 millones de euros frente a los números rojos de hace un año de 465 millones. Con todo, esa ganancia neta queda muy por debajo de las expectativas de los analistas. Entre otras razones, están las
multas, que le obligaron a provisionar 1.608 millones y la caída del 2,7% en los ingresos, hasta 25.308 millones.
Las palabras urgentes para Barclays siguen siendo las mismas:
adelgazamiento y
reestructuración. La salida de países donde opera -de España se fue en 2015: vendió su red a
Caixabank- seguirá.
Lo ha dejado claro el consejero delegado,
James E. Staley, al avanzar que acelera el cierre de negocios no estratégico antes del 30 de junio de este año, 2017, seis meses antes de lo previsto, "a falta de unos meses de completar su reestructuración". Esas desinversiones incluyen nuevas posibilidades para su división en
África.
Barclays ha conseguido, eso sí, mejorar, gracias a la venta de activos, es su nivel de solvencia. El ratio de capital básico
CET1 mejora hasta 12,4%, muy por encima del 11,8% que esperaban los analistas.
Rafael Esparza