Está claro que Yolanda Díaz, que no es ambiciosa aunque lo parezca, ha comenzado su carrera hacia la Moncloa huyendo de egos, porque ella huye de todos los egos del mundo menos del suyo propio
Diego Movellán, portavoz del PP en materia laboral, le dijo a la nueva vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz que en Podemos las mujeres, todas ellas feministas, ascienden agarrada a una coleta.
Díaz le dijo que era una machista y que retirara esas palabras.
Movellán le aseguró que las retiraba con gusto porque todos los españoles saben que son ciertas… así que resulta reiterativo exponerlo.
La verdad es que todos los españoles saben que Pablo Iglesias es un rijoso, y que la rijosidad marca la historia de Podemos.
Para crear empleo, el socialismo y la socialdemocracia son nefastos; el comunismo, letal. Calviño sólo pretende marcar territorio ante Díaz
Y lo peor es que los españoles saben que Pablo Iglesias es un rijoso que necesita ocultar su rijosidad premiando a sus amantes con cargos u ocultando sus ligues con alusiones a las cloacas del Estado. Son muy libres las podemitas para aceptar ser utilizadas pero encima, ahí tiene toda la razón el diputado popular, que nos ahorren los sermones feministas que, de este modo, ya no resultan cansinos, sino también hipócritas.
Pero lo que estaba en juego el lunes en el Congreso era otra cosa, era la desastrosa política laboral de un gobierno social-comunista. Y ya se sabe que, para crear empleo, el socialismo y la socialdemocracia son nefastos y el comunismo letal.
Estamos ante el primer choque entre la socialista Calviño y la comunista Díaz: La socialdemócrata Nadia Calviño propone reducir el número de contratos a tres, tenue reducción, mientras la comunista Yolanda Díaz, verbalmente moderada e ideológicamente enloquecida propone, que no dispone, lo que siempre propone el leninismo: empleo blindado y el viejo dicho de la Unión Soviética: “Nosotros hacemos como que trabajamos y ellos hacen como que nos pagan”.
En la economía actual se imponen las tres patas: despido libre, terminar con las cuotas y salarios mínimos dignos. Sólo un contrato, indefinido, con indemnización prefijada y sin burocracia
Es decir, la vicepresidencia segunda marca territorio laboral ante la vicepresidenta tercera… para que quede claro quién manda, que no para crear empleo.
Para crear empleo, el socialismo y la socialdemocracia son nefastos; el comunismo, letal. Fallan incluso cuando aciertan. Ejemplo: acierta Díaz cuando habla de cumplir con la Carta Social europea y elevar el salario mínimo hasta el 60% del salario medio. En Hispanidad siempre hemos dicho que hay que subir el salario mínimo. Pero, ojo, sin subir al mismo tiempo las cuotas sociales y el IRPF sobre los salarios bajos. Porque si no eliminas las cuotas y bajas -mejor, anulas- el IRPF para las rentas bajas, el empleador acabará por recurrir a la economía sumergida. No porque no pueda pagar al trabajador: al que no puede pagar es al Estado que, encima, le asfixia con una burocracia onerosa e insoportable.
Y ni uno ni otro, ni el socialismo de Calviño ni el comunismo de Díaz servirán para nada. En la economía actual se imponen las tres patas: despido libre, terminar con las cuotas y salarios mínimos dignos. Sólo un contrato, indefinido, con indemnización prefijada de antemano y sin burocracia. Eso es pleno empleo. Lo otro es el reparto de la miseria.