- Chacón no va de cabeza de lista para el 26-J por el PSC.
- Claro, como que a lo que aspira es a la candidatura a La Moncloa.
- Chacón se siente la única capaz de juguetear con el soberanismo y, al tiempo, mantener la españolidad del PSOE.
- Y sí, la catalana también es bastante cristófoba, aunque no más que Pedrito Sánchez.
- Cuenta con el apoyo de La Sexta y, en particular, del peligroso Jaume Roures.
Desde la elección del
Pedro Sánchez, en elecciones primarias, el PSOE ha vivido en
Guerra Civil. Ni los viejos del lugar, ni las federaciones andaluza, manchega, extremeña y asturiana -vitales en la estructura, del partido- le han visto con buenos ojos.
Encima,
tiene la enemiga del perdedor Enrique Madina, del anterior equipo
Rubalcaba, a quien laminó, y de los catalanes que le consideran un cobarde incapaz de acercarse a los soberanistas. Entre estos últimos anda
Carme Chacón, la chica de los posibles. La ex ministra de Defensa con
Zapatero se destapó semanas atrás con una tercera vía entre
Felipe González, su antiguo mentor, y los más soberanistas del PSC:
primero hacemos la constitución federal que quiere Pedro Sánchez y si eso no les asusta a los independentistas, pues oiga, entonces nos plantearemos un
referéndum no vinculante, que vaya usted a saber qué es eso.
Total,
Pedro Sánchez no consigue formar gobierno -aunque estuvo a punto de lograrlo, que conste- y
Chacón vuelve a la carga. Ahora sí: quiere congresos y sí quiere primarias. Y para eso,
planta cara a Sánchez y asegura que no encabezará la lista del PSC ante las
próximas generales del 26 de junio (desde ya 26-J). Ojo, no porque se retire sino porque quiere disputarle a Sánchez la primacía en el partido y, con ella, la cabecera a
La Moncloa.
Ahora bien, ¿se puede cambiar al candidato, que ya ha dado por hecho que lo será, en plena
campaña electoral? Chacón piensa que sí. Le apoya
La Sexta y en particular porque sigue en Atresmedia,
Jaume Roures.
Y sí, al igual que Roures, que se define como
comunista y anticlerical, Carme Chacón es bastante cristófoba, aunque no más que Sánchez, que se jacta de haber educado a sus hijas en el más
saludable ateísmo. Perdón, virtudes cívicas.
La ventaja de don Pedro es que ha resistido ya muchos embates. Es decir, que ha pasado de
Pedrito a Don Pedro, al mantenerse en el poder frente a todos los navajazos internos. Juega con los tiempos y sabe que cambiar de piloto en plena carrera es arriesgado. Pero ojo, como no gane con claridad las elecciones, como coseche otro fracaso como el del 20-D,
Susana Díaz, Carme Chacón, Enrique Madina, Felipe González… se le van a echar encima, y hasta el bedel de Ferraz. Y a lo mejor no hay que esperar a las elecciones.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com