Más de lo mismo, eso es lo que ofrece esta secuela de Maléfica (2014), en la que ha supuesto hasta el momento la adaptación más libre, en acción real, de uno de los clásicos animados de Disney que poco tenía que ver con el romántico relato de La bella durmiente. Porque, si en la película de dibujos en 2D quedaba claro, dado que iba dirigida a los niños, quiénes eran los buenos, la princesa Aurora y sus padres, frente a la malvada, la bruja, en la versión cinematográfica, con personajes de carne y hueso, todo se complicaba porque describía la extraña relación mantenida entre la villana de los cuernos, y la princesa.

Definida por los propios estudios como una aventura de fantasía, nos presenta la dificultad de la malvada más famosa de Disney para aceptar el matrimonio de su ahijada, la princesa Aurora, con el príncipe Philip. No solo ella no ve bien esa unión ya que  la futura “suegra”, la reina Ingrith, tiene sus propios planes…

La nueva entrega, llena de enfrentamientos y batallas entre las fuerzas del bien y del mal que parecen inspiradas en El Señor de los anillos, aunque solo en los aspectos formales, tiene a su favor la incontestable apuesta visual de los estudios Disney, que son de matrícula de honor en efectos digitales, y el atractivo de contemplar a Michelle Pfeiffer haciendo de villana. En cuanto a Angelina Jolie, que encarna a Maléfica, ha confesado que con esta película quería relanzar su carrera, suponemos que económica, ya que es una de las productoras, porque interpretativamente su papel no tiene mucho recorrido. Tanto ella como Elle Fanning, que encarna a la princesa Aurora, actúan correctamente pero la historia no da para mucho, más aún si se empeñan en que se alargue dos interminables horas.

Desconozco si serán los adolescentes a quienes les atraerá esta singular propuesta, lo que tengo claro es que Maléfica: Maestra del mal tiene un desarrollo oscuro que no parece el más adecuado para los menores de la casa, por mucho que se disfrace de “cuento de hadas”. A más a más, sorprende que unos seres de la estirpe de Maléfica, con apariencia algo siniestra de ángeles caídos, sean los héroes y que a los humanos, salvo a la pareja principesca, se les presente como esquilmadores de la Naturaleza, lo que nos recuerda, nuevamente, el mensaje omnipresente de Disney en sus películas de los últimos años donde defiende un ecopanteísmo algo hueco.

Para: los que vean todo lo que hacen los estudios Disney.