Les decíamos hoy mismo en Hispanidad que en el mundo okupa cada día encontramos un caso que nos sorprende. Hemos conocido historias que demuestran la caradura y la impunidad con la que actúan, esta misma semana les hablábamos de del okupa que se había metido en la casa de una enferma de Parkinson, la había alquilado para la Feria de Sevilla y la historia acabó con el hermano de la propietaria detenido por la Policía o la cola que se hizo en un desahucio para volver a okupar la vivienda y la inquiokupa que amenazó a la propietaria. Y tenemos que mencionar el caso conocido esta misma mañana, en el que una mujer alquiló un piso turístico, lo ha okupado durante dos meses, ha pedido 5.000 euros para abandonarlo y a las dos horas ha okupado otro.

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Ahora hablamos de José un hombre de Valencia de 51 años que lleva siete meses viviendo en una furgoneta porque su inquiokupa no se va de su casa, cuando lleva desde septiembre sin pagar el alquiler. La vivienda tiene 100 metros cuadrados, con dos baños y tres habitaciones y está valorada en 150.000 euros. 

La renta podría ascender a 900 euros pero José decidió alquilar su piso a la hija de su vecino de arriba, para ahorrarse problemas, bajando el alquiler a 600 euros. Ahora se ha separado y necesita la casa para vivir. 

"Lo que era un vehículo de vacaciones se ha convertido en mi vivienda", dice mientras enseña la furgoneta donde ahora reside: "es que no tengo donde, o aquí o en la calle".

"Estoy sin cobrar la renta y sin mi casa". El padre de la inquilina aparece en escena y asegura que todo es mentira: "no me grabes, te voy a denunciar". Y aquí viene la justificación para que su querida hija okupe: José tiene dos casa, lo que le vale para que okupe la propiedad de otra persona: "Es un embustero, tiene dos pisos", ¿comprenden?

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