Aunque les cueste creerlo, una de las claves del mundo actual es la adoración eucarística. Es decir, adorar al Santísimo sacado del Sagrario y puesto en la custodia.
Pruébelo. Una hora delante de Cristo. No hace falta que haga nada. Sólo esté donde debe y cuando debe. Hombre, al menos una hora.

La moda surgió (la costumbre ha existido siempre) cuando alguien se preguntó por qué mantener al Santísimo, le gran regalo de Dios a los hombres, oculto en el Sagrario. A partir de ahí…

Empiece hoy mismo.