Martin Sorrell, el publicitario masoncillo, funda nueva empresa tras ser expulsado de WPP, el mayor intermediario publicitario del mundo.

Estos ilustrados ‘hijos de la viuda’, de la nueva masonería, como Sorrell, gran maestro del club Bildelberg, son los únicos que resultan expulsados de sus empresas por utilizar fondos de la compañía “de modo indebido” (vulgo, meter la mano en la caja indebida o meter todo el cuerpo en la cama indebida) y a los dos días, con el dinero de la indemnización, ya han montado otro tinglado, esta vez con el nombre S4 Capital.

Y esto significa que el publicitario más conocido del mundo todavía cree en la publicidad, porque encima, ahora ha puesto su propio dinero para su nueva aventura.

Tras salir de WPP, el publicitario más famoso del mundo crea S4 Capital

Y es curioso porque el concepto mismo de publicidad está en crisis. Ahora lo que se lleva -1.000 veces más peligroso- es la infor-publicidad (¿inforcidad?) mezcla de información independiente e información pagada. Algo que no sé si terminará con la publicidad pero que, desde luego no lo duden, terminará con el periodismo.

Lo que ya tenemos, aquí y ahora, es una publicidad tan crecida, unos anunciantes tan arrogantes, que la libertad de prensa se refugia en lo pequeño.

Pero lo pequeño no gusta a Sir Martin Sorrell (en la imagen).

En cualquier caso, prefiero la publicidad a la inforcidad. Cuando la publicidad no financia la información sino que la sustituye, la libertad está en peligro. Al menos, Sir Martin Sorrell aún cree en la publicidad. Tras salir de WPP, el publicitario mas famoso del mundo crea S4 Capital. Esperemos que practique una publicidad separada de la información.